Imprimir

Reparando la Casa Común desde un rincón de Honduras

on 14 Jun, 2021
Visto: 1537

Tegucigalpa (Honduras), 14/06/2021, Hna. Glenda Leticia Ortiz Palacios.- Cuando escuché la pregunta: “¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quiénes nos sucedan, a los niños que están creciendo?” (LS160) tomé conciencia de una nueva y enorme responsabilidad. Esto me hizo pensar: Y yo, ¿Qué puedo hacer?  ¿Cuál puede ser mi aporte a la Casa Común?  Se me presentó la oportunidad de inscribirme para el curso de Animadores Laudato Sí y aquí empezó todo…

Una vez que terminé el curso, me puse en contacto con los demás animadores. Así, un pequeño grupo disperso por nuestro país, que por años viene sufriendo un gran deterioro ambiental debido a la industria extractiva que ha explotado sin piedad los bosques, los ríos, los recursos mineros y la tierra y por otro lado la agroindustria con los monocultivos, con el único fin de enriquecer a unos pocos pasando por encima de los derechos de las personas y el agotamiento de los bienes comunes. Todo esto nos llevó   a preguntarnos: y ahora, ¿Qué sigue? ¿Qué hacemos? Rápidamente surgió una lluvia de ideas, empezamos a soñar con un mejor país para las nuevas generaciones, considerando que Honduras es uno de los países más afectados por el cambio climático,  según el GermanWatch, así   quedó demostrado con los recientes huracanes Iota y Eta a finales de 2020, los cuales ocasionaron grandes pérdidas humanas y materiales, dejando un país sumido en la destrucción, el hambre y numerosas familias sin hogar, acabando con una economía ya históricamente desgastada y empeorada por la pandemia, la cual ha sido pésimamente gestionada.

Frente a este panorama, nada alentador, cinco animadores resolvimos, que este era el momento de unir esfuerzos y voluntades, atendiendo el llamado de papa Francisco: “Se necesitan los talentos y la implicación de todos para reparar el daño causado por el abuso humano a la creación de Dios… Todos podemos colaborar como instrumentos de Dios para el cuidado de la creación” LS14.

Es así como a partir de enero de este año nos organizamos como estructura, quedando constituido el Movimiento Católico Mundial por el clima, Capítulo de Honduras, en el cual me pidieron el servicio de la animación nacional de los círculos Laudato Sí.

 Aún somos pocos, pero contamos con el deseo profundo de vivir una conversión ecológica, propiciando espacios de oración, de reflexión, y de compromisos a partir de un estilo de vida que implique capacidad de convivencia y comunión. Hemos llegado a muchos ambientes en el ámbito familiar, educativo y algunas instituciones que se han sumado a la búsqueda común de dejar un Planeta habitable para las generaciones que nos sucederán.

Conscientes de que “pequeñas acciones” generan grandes cambios, en nuestra comunidad local hemos optado por un compromiso ecológico tanto en nuestra vida cotidiana, como a nivel pastoral, generando una mayor conciencia ecológica en donde todos nos sintamos colaboradores en la construcción de nuestra Casa Común.

Quiero concluir invitando a cada una de las hermanas y las comunidades a vivir la propuesta que nos hace el Capítulo General de 2019: “Construir comunidades que defiendan, promuevan y cuiden la casa común, desde una espiritualidad ecológica, iluminadas por Laudato Sí, como parte de su proyecto comunitario misionero” (55° CG, pág.17).