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Marie Poussepin y la trata de personas

on 11 Oct, 2022
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Caracas (Venezuela), 11/10/2022, Hna. Nícida Leal.- Quiero comenzar mi reflexión a la luz de Lucas, 10, 23-24: “¡Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven! Les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; escuchar lo que ustedes escuchan, y no lo escucharon” Este texto cae muy bien a Marie Poussepin, pues ella vio y escuchó aquello que otros no vieron ni escucharon. Pero, ¿Qué fue lo que ella vio y escuchó?

Marie Poussepin vio y escuchó, aquello que contemplaba en el silencio y buscaba en las periferias existenciales de su tiempo, allí descubrió y contempló al Verbo encarnado, en las realidades más duras de la vida, donde la dignidad humana, lo más sagrado de Dios, estaba desfigurado, y al riesgo de caer por la miseria y la ignorancia en el caos de la vida, a saber, las múltiples formas de explotación doméstica y sexual, la esclavitud laboral, el abuso de la fuerza ante la vulnerabilidad que expone a la persona a situaciones deshumanizantes, contrarias al proyecto originario de Dios, que crea al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza.

Marie Poussepin, vio y escuchó el grito silencioso del Dios escondido en un pueblo devastado “por la guerra, el hambre y las epidemias, y donde la ignorancia era grande por no decir más” (IP). Ella inspirada por Dios y con la fuerza del Espíritu, se decide tomar en serio lo que su corazón le decía. Comienza su itinerancia carismática para darle cuerpo y, busca “jóvenes del campo, sin asilo y sin recursos, para educarlas en el temor de Dios, y enseñarles a trabajar para ganarse la vida” (IP)

Marie Poussepin asume la Caridad como clave fundante de su institución, y así, nace un Carisma que contrarresta las múltiples formas de explotación doméstica y sexual, la esclavitud laboral, a la que la juventud de su tiempo estaba expuesta. Su sabiduría intuitiva la iba llevando a hacer lo que es recto a los ojos de Dios, a saber, la recuperación y la salvación de la dignidad humana, hasta alcanzar la plenitud en Cristo que transforma y libera toda situación y condición deshumanizante.

Marie Poussepin supo leer en su tiempo la dinámica deshumanizadora de la trata de persona, y actuó en consecuencia. La Caridad la lleva a ofrecer a la juventud un estilo de vida alternativa, que los promueve y a la vez, los libera de caer en la trampa seductora de ganarse la vida en cualquier forma de trabajo que a la larga va dejando una herida profunda en su dignidad humana. Ella opta por crear espacios seguros en el cuidado y la promoción de la vida.

Hoy comprendemos que el Carisma de Marie Poussepin responde a todos los tiempos porque se fundamenta en la Caridad, que es Dios mismo, y Dios es Amor. En nuestras manos Marie Poussepin, confió la obra que la Providencia inicio con ella. Pero sabemos que, si perdemos el horizonte de la Caridad, muere un Instituto inspirado por Dios para responder sin excluir a nadie, pero sabiendo que “los pobres tienen su preferencia y solicitud”

Hoy también nosotras, estamos llamadas a entrenar nuestra mirada y nuestra preferencia escucha, en el silencio contemplativo de la Palabra que nos envía a descubrir al Dios escondido en las periferias existenciales de la vida de nuestros hermanos y hermanas, tanto en la comunidad como en la misión, y así, ir creando espacios seguros y alternativos en el cuidado y la promoción de la vida para crecer humanamente, hasta alcanzar la plenitud en Cristo que nos salva y nos libera.

Dichosas seremos si vemos al Dios escondido, allí donde quiere que estemos para servirle en la Caridad.