La obrera de la Providencia
Después de una vida de 90 años entregados totalmente a los demás, marcados por el sufrimiento y la renuncia y en los cuales ella, según sus propias palabras, ha sido solamente “la obrera de la Providencia”, Marie Poussepin gozará definitivamente de la paz del Señor el 24 de enero de 1744.
Una de sus múltiples pruebas fue la de tener que renunciar a la identidad dominicana para su comunidad; la idea no estaba madura para la época; tanto el obispo de Chartres como el maestro de la Orden, no concebían una vida dominica fuera de la clausura. En 1897, la Congregación reencuentra su identidad dominicana pero no será agregada definitivamente a la Orden hasta 1959.