Un desafío
Para escuchar, discernir y responder
Hna. Jini Joseph Mazhuvanchery, provincia de la India.- El Capítulo general es un tiempo de renovación según el Evangelio (C 97) que promueve la vitalidad espiritual de toda la Congregación. Para ello, estamos llamadas a estar abiertas al Espíritu en una escucha constante. Escuchar se refiere a oír no sólo con los oídos, sino también con el corazón y con toda la vida. Escuchar va más allá de oír un mensaje o intercambiar información; implica una apertura interior al Espíritu, una introspección individual y colectiva para transformar nuestra vida y misión en este camino sinodal juntos hacia nuestro futuro.
En este tiempo de preparación se nos invita a escucharnos unas a otras. Escuchar realmente a otra persona, sin embargo, requiere silencio interior y dar espacio al silencio entre lo que oímos y lo que decimos (Papa Francisco, 21 de diciembre de 2023). Es una condición para el encuentro con Dios que favorece la apertura y la disponibilidad (C 14), en la búsqueda del bien común.
El 56º Capítulo general tiene lugar en un tiempo trágicamente marcado por la violencia de la guerra, las migraciones, por los riesgos trascendentales que plantea el cambio climático, y por la pobreza, el dolor y el hambre. En esta oscura realidad de nuestro mundo, estamos llamadas a escuchar estas voces de sufrimiento, a buscar juntas respuestas adecuadas a estos gritos constantes que a menudo se convierten en noticias a las que nos acostumbramos. A menudo temo que nos volvamos cada vez más indiferentes ante estas situaciones duras y precarias de nuestros hermanos y hermanas. ¿Podemos convertirnos en catalizadores para que unos y otros nos adhiramos a los valores evangélicos, especialmente cuando la moral y la dignidad inalienable debida a todo ser humano están siendo vulneradas a través de diversas legislaciones?
El Capítulo general es ciertamente un desafío para que todas vivamos un verdadero proceso de discernimiento y tomemos decisiones basadas no en criterios mundanos, sino de acuerdo con el Evangelio, en el espíritu de Marie Poussepin. El futuro de nuestra Congregación y la vitalidad de nuestro carisma dependerán en gran medida de las decisiones que tomemos aquí y ahora. La necesidad del momento nos llama a salir de nuestras zonas de confort, actitudes individualistas, autoreferencialidad y tendencias al abuso, para trabajar juntas como auténticos testigos del Evangelio. "El hombre moderno escucha más a gusto a los testigos que a los maestros, y si escucha a los maestros es porque son testigos". (Papa Pablo VI, Evangelii Nuntiandi). Ser verdaderos testigos de Jesús en el mundo de hoy es un gran desafío.
Oremos unas por otras para que seamos dóciles al Espíritu Santo y podamos vivir este acontecimiento de la Congregación con espíritu de comunión y corresponsabilidad en nuestra vida y misión.