Hna. Nubia Estela Mayorga Pedraza
Estructura: Provincia de Santafé
Miembro: Elegido
Profesión: 08/12/1994
Este año celebraré 25 años de profesión religiosa.
En el campo misionero, la mayoría del tiempo he estado al servicio de la educación, como docente, coordinadora de la primaria, rectora, así mismo he apoyado algunos procesos y proyectos a nivel de la Pastoral Juvenil Vocacional de la provincia.
Misión actual
Estoy en la casa de Formación como animadora o superiora de la comunidad, pertenezco al Equipo de Pastoral Juvenil Vocacional de la Provincia.
¿Cuáles consideras que son los principales desafíos para la Congregación en los próximos 5 años?
Considero que los principales desafíos para la Congregación pueden ser:
Reestructurar para revitalizar: Sentir la urgencia y la necesidad como Congregación de dar este paso, se estaría hablando de revisar estructuras a nivel comunitario, administrativo, pastorales, las cuales nos debe llevar a ponerlas en un contexto o realidad de animación.
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Nos hemos dejado contagiar de ese mundo globalizado y hoy por hoy somos menos significativas y fecundas, es por ello que esto nos obliga a repensar nuestra Congregación y su servicio misionero apostólico: para ello es importante tener expresiones de “Seguimiento apasionado de Jesús”, “Radicalidad evangélica”, “Vida de oración intensa”, “Dinamismo y entusiasmo misionero”, “Volver al Evangelio”. Recuperar la mística con una mirada compasiva que logre el deseo de compartir con los más pobres como lo quiso Marie Poussepin, logrando mayor interacción entre lo planteado y realidad, entre teoría y vida; esto supone ir a los lugares de frontera como expresión de nuestra mística profética y defensa de la vida. Más aún como consagradas debemos vivir primordialmente para ser lo que somos y no dejar que se empañe lo que significamos.
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Escuchar a Dios en los clamores de nuestros hermanos migrantes, indígenas, indigentes, encarcelados, mujeres marginadas, necesitados y los pobres: Se hace necesario e importante responder con creatividad a esos procesos de insensibilidad y deshumanización que no nos permiten generar estrategias que den respuestas reales y efectivas. Estamos dispuestas a darlo todo por los empobrecidos, lo cual son reconocidos en la sociedad como los últimos, debemos sentirnos llamadas a dar acompañamiento y respuesta en los lugares donde los demás no quieren ir ni se quieren quedar; lo expuesto anteriormente nos debe llevar a un proceso de concientización, formación y acción que produzcan cambios de mentalidad; esto exige ser coherentes desde la fe y el obrar; tenemos que reaccionar ante el deterioro progresivo de las condiciones de vida de estos hermanos nuestros.
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Constructoras de fraternidad; Potenciar la vida comunitaria, acogiendo la diversidad cultural y espiritual de los miembros, sintiendo que la comunidad ya es misión, debemos pasar de una vida en común a una comunidad de vida en expresiones de acogida, diálogo, perdón, reconocimiento, discernimiento, sintiéndonos libres y responsables en nuestro ser y hacer, que nos duela lo de la otra, y podamos llegar a una compenetración de espíritu y la unión de corazones, debemos pasar de estructuras de infantilismo a apoyos que forman en la libertad y en la coherencia de vida, sin creatividad, ni imaginación es difícil crecer en madurez y responsabilidad, es necesario pasar de la uniformidad a la comunión de la diversidad.
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Pasar del protagonismo a un servicio de caridad: es necesario cambiar el discurso “poder no es protagonismo” es decir: quien sirve no es porque tiene más derecho. Un servicio que no se preocupa tanto de su papel, del poder, ni siquiera de la incidencia sino de una autenticidad de testimonio, no se inquieta por cuidar la imagen sino de vivir y servir con sentido. Estamos en otro tiempo La Iglesia hace el llamado a ser un “pequeño rebaño” . Debemos ser presencia para los otros en un servicio solidario con los pobres y los pequeños del mundo que los lleve a descubrir que es ahí en lo pequeño. quizá en lo insignificante para la humanidad donde Dios se hace aún más visible.
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Ver el acompañamiento o la formación desde una relectura del mundo global digital: En esta época se impone con más ahínco la “nueva cultura de la tecnología” que cada día se expande más con el “rápido desarrollo de la ciencia, la técnica y las comunicaciones”. Este mundo digital llamado el sexto continente en donde lleva al ser humano a tener nuevas formas de pensar. Es por ello que debemos repensarnos mirarnos de otra manera sin perder la esencia de lo que somos y tenemos, debemos profundizar y promovernos más dentro de un pensamiento global, universal católico, urge no solo tener el conocimiento y uso adecuado de las nuevas tecnologías de información y comunicación para evangelizarnos y evangelizar, hoy la Juventud que esta en nuestras manos están inmerso dentro de esta cultura tecnológica requiere de nosotros una preparación y actualización para saber acompañar, más aún cuando ellos llegan con muchos vacíos a nivel de formación cristiana, sintámonos invitadas a replantear dichos procesos con una mirada congregacional y eclesial.