Provincia de Santafé de Bogotá

¿Cómo surgió nuestra Provincia?

Para la Sagrada Escritura, la historia tiene sentido en la medida que se genere vida pues cada engendramiento trae consigo una generación que se convierte en testigo de la acción de Dios. De manera paralela, la historia de nuestra Congregación puede leerse a partir del nacimiento de cada una de las estructuras y el contexto particular que dio origen a nuestra provincia, no es la excepción. 

La provincia de Bogotá, provincia madre de América, desde la década de los años 60 del siglo XX, había entrado en un discernimiento respecto al cómo responder de manera efectiva a las exigencias de la misión y la observancia regular, en tiempos del post-concilio. El acompañamiento personalizado a las hermanas, un ejercicio de la autoridad que requería de la participación y el discernimiento comunitario y las nuevas llamadas misioneras que aparecían en escena, fueron exigencias que superaron las fuerzas y el tiempo disponible de quienes estaban al frente del gobierno de la provincia.

Desde 1969 hasta 1979 se realizaron diversas experiencias y estudios para hacer frente a tan grande reto, como la división de la provincia en regiones, que finalmente llevaron a optar por la creación de una nueva estructura. Es así como en el año 1979, la provincia de Bogotá en su asamblea pre-capitular redactó una moción para la creación de una nueva provincia, la cual fue presentada y aprobada en el 47° Capítulo General, con el voto unánime de las 68 hermanas capitulares.

Así las cosas, el kairós en el que se dio este nuevo nacimiento estaba marcado por un profundo deseo de ofrecer a las hermanas una atención integral más personalizada, fortalecer la animación pastoral de la misión, impulsar un proceso de renovación personal y comunitario y hacer más ágil y efectivo el trabajo del gobierno de la estructura con un número de hermanas y comunidades más razonable, que hiciera verdaderamente posible el acompañamiento. Es así como el 24 de mayo de 1980, en vísperas de la fiesta de Pentecostés y bajo el generalato de Hna. Inés Mercedes Mejía Toro, nace para la Congregación y la Iglesia, la provincia Santafé de Bogotá, “con la fuerza de la fe, la certeza de la esperanza y el dinamismo de la caridad”

La provincia comenzó a escribir su historia con un total de 47 comunidades y 445 hermanas, prestando sus servicios misioneros en diversas regiones de Colombia. Hna. Mary Plata Cordero, fue nombrada como superiora provincial por parte del gobierno general. Fue reelegida en capítulo provincial y durante los ocho años de su provincialato, fortaleció la presencia misionera de la naciente provincia.

En los años subsiguientes, el Señor regaló a la provincia hermanas que asumieron la noble y exigente labor de direccionar el crecimiento espiritual, apostólico y administrativo de la estructura, permitiendo la continuidad del carisma en lugares de gran necesidad.

  • Hna. Ginette Arenas Perdomo (q.e.p.d) (1989-1998; 2004-2008).
  • Hna. María Magdalena Herrera Palacios (q.e.p.d) (1999-2003).
  • Hna. Berta Graciela Acero Gutiérrez (2014-2018).
  • Hna. Nidia Beatriz Mesa Navarrete (2009-2013; 2019-).

 

 

¿Dónde estamos? ¿Cuántas somos?

En su nacimiento, nuestra provincia fortaleció el legado de Marie Poussepin en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Santander y Meta, con obras educativas, de salud en ambientes rurales y la presencia en sitios de conflicto armado, siendo signo de paz, desarrollo, consuelo y esperanza para los pobladores.

Su crecimiento fue tan sólido que entregó lo mejor de sus dones para proveer no sólo los cimientos misioneros de la actual Viceprovincia de Aconcagua, sino la siembra exitosa del carisma en la bella República Dominicana en agosto de 1993. A esta hermosa isla del Caribe, llegaron tres hermanas a la población Comedero Arriba de Fantino, ubicada en la Región Norte, también conocida como “El Cibao”.

Esta región, de vocación principalmente agrícola, vio la mano de Dios en estas hermanas que asumieron la dirección de la Institución educativa de “Fe y Alegría”, que apenas contaba con lo necesario para un funcionamiento básico. Según lo reseña la historia “El Liceo funcionará en una enramada y en un salón cercano a la capilla”. Como lo veremos más adelante, la semilla sembrada en Comedero germinó vigorosa y dio cabida a la llegada de más hermanas a República Dominicana y el surgimiento de vocaciones autóctonas.

Actualmente anunciamos a Jesucristo a través de 149 hermanas que conforman 18 comunidades locales ubicadas en Colombia y República Dominicana, lugares que, a través de la Educación, el servicio de Salud y la pastoral Social, hacen presente a Dios “allí, donde la vida clama”.

En Colombia, la Provincia cuenta con 137 hermanas que día a día se entregan al servicio de la niñez, la juventud y sus hermanas mayores y enfermas, haciendo de la caridad un servicio de predicación.

Novedades

Resaltamos:

  • Promoción de la mujer cabeza de hogar mediante la “Fundación de mujeres empresarias Marie Poussepin”.“Fundación de mujeres empresarias Marie Poussepin”

  • A través de huertas caseras, las mujeres aprenden a sembrar su futuro de una manera amigable con el ambiente, consiguen el sustento de sus familias y reconocen en la pedagogía del trabajo de Marie Poussepin, la riqueza del Evangelio.

  • Botiquines veredales en San Vicente del Caguán: haciendo uso del poder sanador de los elementos presentes en la naturaleza y el adelanto de la ciencia.

  • Formación de auxiliares de Enfermería y promotores de salud en las escuelas “Formasalud” Tunja y Fusagasugá: siguiendo la inspiración carismática, la Provincia ha hecho opción por la formación y promoción laboral de los jóvenes en el área de la salud, imprimiendo en ellos el amor por la vida y la pasión por el cuidado por la humanidad, al estilo de Marie Poussepin.

Formasalud

Retos

Nuestra Provincia también enfrenta una serie de retos a nivel comunitario y misionero, que se convierten en ocasión perfecta para proyectarnos con mayor audacia para el anuncio de Jesucristo.

  • Seguir ahondando en el estudio, reflexión y discernimiento a la luz de la Palabra, sobre nuestro ser de mujeres consagradas, la realidad de la Provincia, el Carisma, la Iglesia y la misión.
  • Fortalecer la formación y el acompañamiento sistemático para las Hermanas en todas las etapas de la vida.
  • Consolidar el interés de la Provincia por la formación de Hermanas en las áreas de Teología, Sagrada Escritura, Lenguas Modernas, Administración y otras, para ofrecer un servicio misionero evangélico y adaptado a las circunstancias que exige el hoy que vivimos.
  • Diseñar un plan de formación deportiva y artística para la juventud en colegios y universidades, que, desde el Evangelio, sea una alternativa de crecimiento humano y neutralice las ofertas que desde la drogadicción, el placer por el placer o la ansiedad por una carrera exitista, atacan el corazón del joven.
  • Plantear y unificar criterios para la formación y bienestar de hermanas mayores, mediante un proyecto común entre las cinco Provincias de Colombia.
  • Buscar estrategias entre las 5 provincias de Colombia para un proyecto unificado en las zonas de post-conflicto. 

 

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