Capítulo General 2024

Vulnerabilidad, Sinodalidad y Transformación

Después de estudiar y discernir las propuestas dadas en el CGA de este año, en Tours, hemos escogido como tema para el 56º Capítulo general: Juntas para transformar nuestra vida y misión.

Les proponemos tomar como referencia para la reflexión el texto de Rm 12, 2: "Transformaos por la renovación de la mente para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios" y tres palabras claves para entrar en la dinámica de reflexión:

Vulnerabilidad, Sinodalidad y Transformación.

Estas palabras están en sintonía con las búsquedas de la Iglesia, de la Vida consagrada y de la Congregación. La UISG (Unión Internacional de Superioras Generales) nos estimula a entrar en esta dinámica; la última Asamblea general de 2022 tuvo como tema "Abrazar la vulnerabilidad en el camino sinodal" y en 2023 nos ha ofrecido una profundización en la misma línea.

Creemos que son aspectos imprescindibles en el proceso de reestructuración que estamos realizando, que nos ayudarán a continuar el camino con mayor convencimiento y esperanza.

A partir de ellas, podemos:

  • Tomar conciencia de nuestra realidad personal, comunitaria y congregacional; abrazar nuestra vulnerabilidad y asumirla como oportunidad y riqueza. Es una invitación a evaluar nuestra vida a todo nivel, a evaluar la respuesta dada a las orientaciones y decisiones del 55° Capítulo general, tanto en lo positivo como en aquello que tenemos que cambiar.
  • Crecer en la convicción de que solas no podemos nada, de que la participación y el trabajo conjunto (interpersonal, intercomunitario, interprovincial) son esenciales en nuestro estilo de vida, así como la confianza en la acción del Espíritu y en la providencia amorosa de Dios. El aporte de cada una es fundamental para la comunidad, la estructura y para las nuevas provincias, a fin de que el proceso de reestructuración sea realmente una buena noticia para todas.
  • Abrirnos a la gracia de la transformación, por la que el Señor nos hace criaturas nuevas, y prepara el futuro de la Congregación. Hemos de dar un paso más en el proceso de resignificación que ya iniciamos. Es un compromiso exigente, que requiere confianza, conversión y valentía para entrar en la dinámica pascual de nuestra vida, siguiendo el ejemplo del Señor.