Medio Oriente

En la historia de la presencia de la Congregación en Oriente Medio, los obstáculos y problemas para sembrar el carisma fueron enormes: no sólo por las diferencias de mentalidad, de lengua, de costumbres o de ritos religiosos, sino también por las epidemias que diezmaron la población, algunas hermanas murieron, también por la pobreza y las épocas de hambruna; especialmente por los constantes años de violencia y barbarie, hasta el punto de llevar a cabo masacres de pueblos enteros. Recordemos que cuando la Congregación llegó a Mesopotamia, la región pertenecía al Imperio Otomano, cuyo método de gobierno era el absolutismo.

Sin embargo, las hermanas fueron y son fieles al carisma de Marie Poussepin en todas las misiones fundadas: aquellas en las que la Congregación ya no está presente, como Turquía y Siria; o en la que ya no estamos como Viceprovincia, tal es el caso de Jerusalén; y en las que desde hace años prestamos un servicio: Irak (1873), Líbano (1964), Jordania (2007). En ellas encontramos obras de educación a la juventud y de atención a los enfermos; las dos vertientes del carisma sin distinción de religión, nivel económico o condición social, pero con preferencia por los más necesitados y por las mujeres. Ali Al Wardi, el gran sociólogo iraquí (1913-1995), afirmó que el desarrollo de la cultura en su país se debe al aporte de la mujer, y que la mujer en Irak ha sido formada por las hermanas de la Presentación.

Las hermanas enseñaron en salones sin techo ni pupitres, en pequeñas escuelas sencillas o en orfanatos, y poco a poco, con la ayuda de numerosos benefactores, en escuelas medianamente equipadas. No faltó la promoción humana de niños, jóvenes y adultos contribuyendo grandemente a la dignificación de la mujer...

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Medio Oriente 2024