Hna. Herminia Yanira Carrillo Figueroa
Estructura: Provincia de Bucaramanga
Miembro: Elegido
Profesión: 08/12/1993
Educadora por vocación, he sido pastoralista, catequista, profesora de educación religiosa escolar y de filosofía.
He realizado la misión educativa en todos los niveles de formación, desde primaria hasta el grado superior, tanto en el sector público, como en el privado. Así mismo he podido prestar servicios en la dirección de escuela Normal Superior de carácter público y del colegio de la Presentación de carácter privado. Me considero una persona sensible ante el dolor del más vulnerable, crítica de la realidad actual a nivel social, educativo y político, convencida y feliz de mi consagración religiosa, con alto sentido de amor por la Congregación y en búsqueda constante de construcción comunitaria y del ser interior desde la contemplación de la Palabra y los encuentros con Dios en la oración. Siempre disponible y abierta a las relaciones fraternas, al servicio y a la acogida. Me gusta el estudio, la lectura, y la investigación.
Misión actual
Coordinación académica de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, CR Cúcuta, profesora investigadora.
¿Cuáles consideras que son los principales desafíos para la Congregación en los próximos 5 años?
El principal reto está centrado en la persona, en la identidad como religiosa Dominica de la Presentación para el caso nuestro, una religiosa que se reconozca feliz de su opción vocacional y realizada en su consagración, es urgente la estabilidad emocional y madurez humana que permita estar en permanente dinamismo relacional con equilibrio y apertura a diferentes formas y condiciones del ser, para esto la formación inicial y permanente debe replantearse las maneras de acompañar y ayudar a personalizar en libertad y autonomía.
Un segundo reto se podría ubicar en la recuperación y convicción de la exclusividad de nuestra vida y fin de nuestra consagración religiosa: “Conocer y revelar a Jesucristo”, sin una experiencia fuerte de oración es imposible la configuración de nuestro ser con la persona de Jesucristo, y de ahí la fuerza para la misión y para construir comunidad fraterna. El estudio de la Palabra y la contemplación de la realidad a nivel personal y comunitario deben trascender en una misión contextualizada y pertinente a las llamadas hoy del mundo.
En un tercer reto señalo la nueva mirada frente a la estructura de comunidad y de gobierno que ha de ser ágil, abierto, sencillo, respetuoso de la diferencia, incluyente, sin perder la exigencia y la disciplina de los principios propios de nuestra identidad religiosa, con una administración circular y corresponsable frente a las decisiones y visión de futuro.
Finalmente, el trabajo conjunto con los laicos hoy es un llamado de Iglesia y de Congregación, que nos permite acentuarnos en la propia identidad del carisma y compartir la misión con quienes están dispuestos a ser continuadores del legado de nuestra Madre fundadora. Nos exige apertura responsable, sentido de igualdad, despojo de prejuicios y una preparación constante a nivel espiritual y misionero.