"Padre... Señor del cielo y de la tierra, proclamo tu alabanza..."

Por Hna. Anasthasie Zinissida Kissou, África


"Padre... Señor del cielo y de la tierra, proclamo tu alabanza..." (Mt 11, 25). Tomo prestadas las palabras de Jesús en el Evangelio para expresar las alabanzas que tengo por la experiencia que tengo del 55º Capítulo General.

Cuando Hna. Rosario Amelia Garcés del Castillo me pidió que diera mis impresiones sobre el Capítulo general, dije que sí, pero luego me pregunté qué he decir. Primero, estoy en acción de gracias ante tantas maravillas que Dios hizo por la humanidad a través de nuestras hermanas a lo largo de la historia. Lo vemos a través de la presentación de las diferentes estructuras. La obra de la providencia realizado por nuestra querida Fundadora Marie Poussepin ha traído muchos frutos a lo largo de los siglos.

En este Capítulo, también experimento un encuentro con Dios y con las hermanas. Dios está presente en el corazón de este capítulo. También es un lugar donde profundizo el conocimiento de la Congregación. Toco la profunda realidad de nuestro Instituto. Descubro sus fortalezas y debilidades, sus desafíos y la esperanza que nos impulsa a todos. Vivimos la comunión con el todo y buscamos juntas, bajo la influencia del Espíritu Santo, el nuevo camino y los medios concretos para continuar la misión que Dios nos ha confiado para dar testimonio del Evangelio de la Misericordia de Dios para el hombre y para los pobres.

Por cierto, considero como un éxodo el llamamiento apremiante del Capítulo para ir más allá de las fronteras e incluso el viaje más o menos largo de cada una para encontrarnos en Bucaramanga. Es para mí una experiencia espiritual y misionera profunda. Es el símbolo del viaje a la tierra prometida donde Dios crea nuevos cielos y una nueva tierra. Que el Espíritu Santo nos guíe a toda la verdad. 

Foto: Hna. Anasthasie, la primera a la derecha