Lectio Divina: Domingo de Pascua de Resurrección. Ciclo A

on 11 Abr, 2020
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Medellín (Colombia), Hna. Rosemary Castañeda Montoya, 12 de abril de 2020.- “Permanecemos a la escucha de la Palabra para conservarla y meditarla en el corazón, profundizarla en la Escritura, compartirla en la vida fraterna y apostólica” (C 13).

Lectio Divina 12/04/2020 esp Descargar

ORACIÓN

“Irradiemos de gozo en esta fiesta de Resurrección. Abracémonos, hermanos, mutuamente. Llamemos hermanos nuestros incluso a los que nos odian. Perdonemos todo por la Resurrección y cantemos así nuestra alegría: Cristo ha resucitado de entre los muertos, con su muerte ha vencido la muerte y a los que estaban en los sepulcros les ha dado la vida” (Del tropario). 
 

EVANGELIO

Jn 20, 1-9. Buscadores de signos del Resucitado.
“El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien quería Jesús, y les dijo:
Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo: pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos”.
 

INVOCACIÓN AL ESPIRITU SANTO

“El mismo Espíritu que ha tocado el alma del profeta, toque mí corazón y me invite a bogar mar adentro en la Sagrada Escritura”. Amén.

 

 

CLAVE DE LECTURA

La experiencia pascual desata una dinámica de vida hecha de búsquedas y encuentros, de conversión y de fe. El relato según san Juan (20,1-9) tiene como protagonistas a María Magdalena, a Pedro, y el otro discípulo que van y vienen, corren, ven y creen en Jesús Resucitado.
 

DIVISIÓN DEL TEXTO PARA SU MEJOR COMPRENSIÓN

  • María Magdalena madruga: “Va de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro” (20,1). El amor no da espera. Esta acción es signo evidente de que su corazón late fuertemente por Jesús. De madrugada muchos detalles anuncian un gran y radical cambio, la noche se aleja, el horizonte se aclara y bajo la luz todas las cosas van dando poco a poco su forma.  Así sucederá con la fe en el Resucitado: habrá signos que anuncian algo grande, pero sólo en el encuentro personal y comunitario con el Resucitado todo será claro.
  • María “corre” enseguida y va a informarle a los discípulos más autorizados, que el sepulcro del Maestro está vacío (20, 2a). Esta carrera insinúa el amor de María por el Señor. Lo seguirá demostrando en su llanto junto a la tumba vacía (20,11ss).
  • María confiesa a Jesús como “Señor”: “Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto” (20,2b). A pesar de no haberlo descubierto vivo, para ella Jesús es el “Señor” (Kýrios), el Dios de la gloria y por lo tanto inmortal (lo seguirá diciendo: 20,13). Para la fe y el corazón de esta mujer, ante la muerte en Cruz de Jesús y su sepultura, su amor por el Señor se ha revelado “más fuerte que la muerte” (Cantar 8,6).
  • Los dos discípulos corren a la tumba (20,3-10) dos seguidores más cercanos a Jesús se impresionan con la noticia e inmediatamente se ponen en movimiento, ellos no permanecen indiferentes ni inertes, sino que toman en serio un anuncio (que tiene sujeto comunitario: “no sabemos”, v.2).
  • Se encaminaron al sepulcro” (20,3) los dos discípulos no es casual, ambos gozan de amplio prestigio en la comunidad y la representan. Se distingue en primer lugar a Pedro, a quien Jesús llamó “Kefas” (Roca; 1,42) y el Discípulo Amado es el modelo del “amado” por el Señor, pero también del que “ama” al Señor (13,23; 19,26; 21,7.20).
  • El otro discípulo llegó primero al sepulcro” (20,4) El Discípulo Amado corre más rápido que Pedro (v.4). Esto parece aludir a su juventud, pero también a un amor mayor. ¿No es verdad que correr es propio de quien ama?
  • Se inclinó, vio las vendas en el suelo, pero no entró” (20,5) Para entrar en el misterio hay que “inclinarse”, abajarse. Solo quien se abaja comprende la glorificación de Jesús y puede seguirlo en su camino.
  • Simón Pedro entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino enrollado en un lugar aparte” (20,6-7) Jesús se ha liberado a sí mismo de los lienzos y del sudario que lo envolvían, a diferencia de Lázaro, que debió ser desenvuelto por otros (ver 11,44) La tumba vacía y las vendas no son una prueba, son simplemente un signo de que Jesús ha vencido la muerte. Sin embargo, Pedro no comprende el signo.
  • Entonces entró también el otro discípulo... vio y creyó” (20,8) “...que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos” (20,9) La constatación de simples detalles despierta la fe del Discípulo Amado en la resurrección de Jesús, el orden que reinaba dentro de la tumba para él fue suficiente. Pero queda claro que la ignorancia de la Escritura por parte de los discípulos implica una cierta dosis de incredulidad (ver también 1,26; 7,28; 8,14).

SILENCIO. MEDITACIÓN 

Para abrir el corazón y dar lugar dentro de mí a la Palabra de Dios:
 
  • Vuelvo a leer lentamente todo el pasaje.
  • También estoy yo en el jardín: el sepulcro vacío está delante de mis ojos.
  • Dejo que resuene en mi la palabra de María Magdalena.
  • Corro yo también con ella, Pedro y el otro discípulo.
  • Me dejo sumergir en la gozosa noticia de Jesús resucitado
  • Como la Magdalena, ¿estoy disponible para salir, comunicar e invitar a otros a esta búsqueda de signos del Resucitado, que den vida y plenitud a nuestra existencia?
  • ¿Sueño con una comunidad que abra procesos y que no se refugie en la búsqueda de seguridades?
  • Veo plasmado en el texto de Jn 20,1-9
  • ¿La “misericordia” como camino de la comunidad de Marie Poussepin?
  • ¿La conversión pastoral y misionera como estilo nuevo para vivir el Evangelio?
  • ¿El diálogo sin fronteras como reto privilegiado del 55° Capítulo General?

ORACIÓN

“¿Qué has visto de camino María, en la mañana?”. “A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja. ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!”. 
 

CONTEMPLACIÓN 

“Anunciar a Jesucristo es nuestra misión” (C.82) en este año de gracia de Marie Poussepin. 

De nuestra experiencia en la resurrección, brote el deseo de compartir la noticia con los otros y nos lleve a: ver, correr, ir, llamar, comunicar y motivar más allá de las fronteras…