Laicos y hermanas, desde el comienzo una sola comunidad…
Desde el origen de la Congregación Marie Poussepin comprendió que la misión de la comunidad se realizaría entre hermanas y laicos.
Cuando en una de sus primeras fundaciones envía a la señorita Angélica junto a una hermana pone de manifiesto la impronta de la Congregación que busca hacer camino con las personas con las que comparte la vida; para Marie Poussepin la relación entre laicos y hermanas no es una simple tarea, sino el esfuerzo constante de ubicarse como iguales, los laicos no “apoyan” a las hermanas, sino que caminan con ellas, buscan juntos y comparten la vida, tal cual como es la experiencia de las primeras comunidades.
Hoy más que nunca estamos invitadas a vivir desde una perspectiva sinodal las distintas relaciones que se tejen en el seno de la experiencia eclesial y del mismo modo a nivel congregacional.
Una Iglesia que se define a sí misma en camino con otros, al estilo del mismo Jesús de Nazaret que para realizar su misión llama y forma a un grupo de hombres y mujeres que caminando juntos (entre ellos) y junto al Maestro, fueron integrando las primeras comunidades que dieron testimonio de su experiencia con Jesús. Nuestro Carisma no se reduce solo a la vivencia que cada hermana hace de forma personal o comunitaria, sino que se enriquece por la presencia de hombres y mujeres de fe, que, desde su compromiso bautismal, también abrazan como suya la riqueza del legado de caridad recibido de Marie Poussepin.
- “Es asumir un compromiso y corresponsabilidad desde mi posición con mis hermanos en este hermoso proyecto que es el Reino de Dios”.
- “Es asumir un rol y estilo de vida que nace de la caridad, la predicación, el estudio, el servicio, la misión”.
- “Ser laica Presentación hoy, es vivir con los pies muy bien puestos en la tierra para que no se escapen las realidades personales y sociales como la pandemia, las dificultades familiares, entorno social y eclesial, para servir con sencillez al estilo de Jesús y de Marie Poussepin, muy unida a las personas, especialmente a quienes piensan diferente, porque en la unidad podemos encontrar la verdad”.[1]
La Iglesia en el mundo de hoy nos exige volver al origen, al origen de Jesús y al origen de nuestra Congregación, para volver a llenarnos de la intuición de la vida que se regala, de la comunidad que busca la verdad en comunión con todos nuestros hermanos.
Texto: Hnas. Gabriela Vergara Ríos y Licarayén Torres Miñoz (Aconcagua)
_______[1] Varios laicos de la Viceprovincia de Aconcagua respondieron a la pregunta ¿Qué significa ser laico Presentación hoy?
En la misión de la Congregación
Muchas personas con quienes trabajamos son cristianos laicos y participan de una u otra manera en la misión de la Congregación. Nos alegramos al reconocer la acción del Espíritu que ha suscitado en ellos las diversas maneras de compartir el Carisma: exalumnos, voluntarios, grupos dominicos Presentación, misioneros dominicos, fraternidades, colaboradores, misioneros y laicos asociados, entre otros. De todos ellos recibimos sus riquezas, sus interrogantes y sus talentos.
En nuestro mundo plural, la convivencia y la solidaridad necesarias para construir una sociedad más justa y fraterna, y por tanto más acorde con el proyecto de Dios para la humanidad, dependen de todos, cristianos o no, creyentes o no; tanto en la convivencia de todos los días, como en proyectos de mayor alcance. La sociedad civil nos ofrece, a través de los que comparten nuestras inquietudes y valores, y de sus organizaciones gubernamentales o no, ocasiones de alianza para unir nuestras fuerzas. El acompañamiento de personas y grupos marginados y las cuestiones ecológicas pueden ser ámbitos de acción en común.
"El camino lo vamos recorriendo con otros, dentro o fuera de la Iglesia, en familia Dominicana, con laicos, en fin con todos aquellos que dentro de la sociedad actual desean aportar a la construcción de un mundo más justo, humano, fraterno, y trabajar por la paz"