Medellín (Colombia), HNA. ROSEMARY CASTAÑEDA MONTOYA, 29 de noviembre de 2020.- “ANCLEMOS” NUESTRA ESPERANZA. Es por todos conocido el virus de la pandemia Covid-19, que ha llevado a muchos, incluyéndonos a nosotras mismas, a reflexionar sobre la estructura del mundo y a preguntarnos sobre nuestra existencia en la comunidad de Marie Poussepin y en nuestra “casa común”.
INVOCACIÓN AL ESPIRITU SANTO
EVANGELIO
Marcos 13, 33-37: UNA “ESPERA VIGILANTE”
“Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento. Al igual que un hombre que se ausenta: deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele; velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!”.
DIVISIÓN DEL TEXTO PARA SU MEJOR COMPRENSIÓN
Jesús está en Jerusalén, sentado en el monte de Los Olivos, mirando hacia el Templo y conversando confidencialmente con cuatro discípulos: Pedro, Santiago, Juan y Andrés. Los ve preocupados por saber cuándo llegará el final de los tiempos. A él, por el contrario, le preocupa cómo vivirán sus seguidores cuando ya no le tengan entre ellos. En el breve texto evangélico que se lee hoy, se juega con la doble imagen del sueño y el despertar. Por eso, la palabra más repetida es: “velad”, “vigilad”. Y es así como queda resonando en los oídos de los discípulos: “¡Velad!”.
“¡Vigilad!”. Dentro del texto evangélico, este imperativo se repite tres veces y es el eje de toda la enseñanza:
- “Estad atentos y vigilad” (13,33)
- “Velad, por tanto…” (13,35)
- “A todos lo digo: ¡Velad!” (13,37).
El verbo “velar” se repetirá todavía una vez más al interior de la parábola (y ordena al portero que “vele” 13,34), con lo cual suma cuatro veces la repetición del término.
Todo el discurso está atravesado por este tipo de llamados de atención. Esta es la cuarta y última vez que Jesús lo dice:
- “Mirad que nadie os engañe” (13,5)
- “Mirad por vosotros mismos” (13,9)
- “Mirad que os lo he predicho” (13,23)
- “Estad atentos…” (13,33).
SILENCIO. MEDITACIÓN
SOMOS “CENTINELAS” DE LA ESPERANZA
Si en forma concreta ejercitamos la atención en medio de las convulsiones de la historia que estamos viviendo y vemos desde la altura LA VERDAD, para descubrir el amor donde nadie quede por fuera.
Es todo un proyecto de discipulado lo que nos presenta el Evangelio de hoy. En la casa de Jesús nadie ha de permanecer pasivo.
¿Se mantendrá vivo el espíritu de Jesús entre los suyos? ¿Seguirán recordando su estilo servicial a los más necesitados y desvalidos? ¿Lo seguirán por el camino abierto por él? Su gran preocupación es que su Iglesia se duerma. Por eso, les insiste hasta tres veces: "vivid despiertos". No es una recomendación a los cuatro discípulos que lo están escuchando, sino un mandato a los creyentes de todos los tiempos: “Lo que os digo a vosotros, os lo digo a todos: velad”.
ORACIÓN
VIGILAD PARA VIVIR “LA NOCHE”
Despertad, que empieza un nuevo día, un día que alumbra la esperanza. Quitad de vuestras vidas la rutina, que la tristeza no invada vuestras almas.
Que el pánico no cunda entre nosotros, cuando vemos que el mundo tanto cambia. El Señor está cerca, ¿No lo sientes?, él pasa a nuestro lado y nos levanta.
¡Es Adviento! Que es tiempo inundado por la gracia. Isaías, María y el Bautista con su cálida voz nos acompañan. A los desencantados y aturdidos, a los que nada ven, ni esperan nada, a los que la injusticia ha empobrecido, ¡que alumbre con más fuerza la esperanza! (del Pregón de Adviento).
CONTEMPLACIÓN
Contemplemos la esperanza
“Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!”.