Roma (Italia), CIRCULAR DE HNA. MARIA ESCAYOLA, 31/12/2020.- En este tiempo de Navidad, que hemos vivido de forma especial en la mayoría de nuestras comunidades y países, la liturgia nos habla con insistencia de la luz: "El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló" (Is 9, 1); Dios nos ha hablado por el Hijo... Él es reflejo de su gloria" (Hb 1, 2-3). El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre" (Jn 1, 9), es una "luz para alumbrar a las naciones" (Le 2, 32).
DESCARGAR CIRCULAR HNA. MARIA ESCAYOLA CORIS:
Hemos experimentado a menudo el temor, el dolor, la incertidumbre, la angustia, pero esto mismo nos puede ayudar a apreciar mejor el significado profundo de esta Palabra de consolación y esperanza que la liturgia nos presenta en este tiempo, que nos reta a crecer en la confianza en el Señor, alegrarnos con el misterio de su Encarnación, descubrir a Jesús presente y cercano en nosotras mismas, en las personas del entorno e intuir su acción salvadora en los acontecimientos que van marcando el presente de la humanidad.
“Si caminamos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos en comunión unos con otros” (1Jn 1, 7). El Papa Francisco, en su Mensaje para la celebración de la 54 Jornada mundial de la Paz, nos presenta un medio para vivir esta comunión: “La cultura del cuidado como camino de paz”. La suya es una felicitación de Año Nuevo dinámica, que nos pide compromiso y esperanza; nos enseña la importancia de hacernos cargo unos de otros y de construir las relaciones desde la fraternidad, el diálogo y la confianza. Nos anima a promocionar la dignidad y los derechos de la persona, cuidar del bien común, vivir la solidaridad y proteger la creación.
Cultura del cuidado para erradicar la cultura de la indiferencia, del rechazo y de la confrontación. Podríamos dejarnos interrogar por estas tres últimas palabras para revisar cuáles han sido nuestras actitudes, sentimientos y actuaciones en este año que termina.
Esta cultura nos permitirá construir un nuevo y mejor ambiente comunitario, basado en la escucha, la esperanza, la apertura para sanar heridas, el respeto mutuo, la armonía y la fraternidad.
El Papa también nos recuerda que las obras de misericordia espirituales y corporales constituyen el núcleo del servicio de caridad de la Iglesia primitiva; es a través de ellas que Marie Poussepin concretó su servicio de caridad. Hoy, las múltiples necesidades que viven los hombres y mujeres de nuestros contextos son otras tantas llamadas que nos invitan a la generosidad, a la creatividad y a la innovación, para profundizar, encarnar y vivir el carisma de nuestra Fundadora.
Iniciemos el año 2021 con apertura, viviendo la escucha, la espera activa y el compromiso con el Evangelio. El Señor nos concede participar en un momento apasionante de la historia: no estamos en una época de cambio sino en un cambio de época, con los efectos de una pandemia que ha cuestionado muchas seguridades y obliga a cambiar modos de ver y de actuar. Aprovechemos esta oportunidad de aportar nuestro grano de arena para que crezca la "humanidad" y el sentido evangélico, en nuestro mundo.
Es un tiempo del Espíritu en el que, como Congregación, queremos trascender fronteras para revitalizar la vida y la misión, lo cual nos anima a resignificar y reorganizar nuestras estructuras a nivel personal, comunitario y misionero, después de un largo camino de 325 años, conducidas por la Providencia.
En 2021 celebraremos también los 800 años de la muerte de Santo Domingo: será ocasión de acercarnos a su persona, su espiritualidad y su misión, para descubrir y asumir el sentido de su caridad ardiente y generosa para con Dios y con el prójimo. La venta de sus libros, para aliviar la necesidad de los pobres, fue una obra de misericordia concreta, que ilumina su oración por los pecadores y el anuncio del Evangelio para la salvación de los hombres.
¿Cuál fue la síntesis de la espiritualidad dominicana que quiso vivir Marie Poussepin? No conocemos el contenido de los sermones y pláticas del P. Mespolié OP, que la impulsaron a ofrecerla a sus hermanas como medio de seguimiento al Señor, pero sí podemos descubrir en los Reglamentos y en la tradición viva de la comunidad, su amor a la Verdad, la contemplación como dialogo con Dios y el compromiso con el pobre. Que sea éste un elemento de profundización que nos ayude en la elaboración de nuestro Plan carismático.
Agradezcamos a Dios su amor misericordioso y providente en nuestras vidas y en la Congregación. Pidámosle que, por intercesión de María, la Santa Madre de Dios, continúe bendiciéndola y guiándola.
Con las Hermanas de la comunidad general, les deseamos un ¡FELIZ Y SANTO AÑO 2021!