Karrada - Bagdad (Irak), 16/06/2021, Hna. Thérèse Hélène, directora de la escuela.- Situada en el corazón de la ciudad de Bagdad, nuestra institución educativa está compuesta por el preescolar, la escuela primaria y este año (2021) una escuela complementaria y proporciona simultáneamente dos programas, tanto el del Estado como el de la escuela (programa de enriquecimiento en árabe, francés e inglés), con el fin de ofrecer un amplio abanico de opciones y orientaciones en la vida de los niños. En todos los niveles, las clases están animadas por el espíritu de la Congregación de las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen, cuya misión es proporcionar a los niños y jóvenes una formación humana, basada en el amor y el respeto entre ellos. En definitiva, valores y convicciones fuertes que guíen el conjunto de nuestro enfoque pedagógico: educar, transmitir, anunciar y celebrar la Palabra del Evangelio.
"Conservad la presencia de Dios en todas vuestras acciones. Renovad con frecuencia la intención de hacer todo para su gloria" (Marie Poussepin)
La dirección, administración y gestión de la escuela están aseguradas por la viceprovincia en estrecha colaboración con los responsables de los ciclos y los profesores que comparten nuestra misión, abriendo así a los jóvenes todo un universo de posibilidades de crecimiento, cultivo y desarrollo en su vida cotidiana. Cada miembro de la Familia Educativa acepta esta profunda responsabilidad personal de encuentro personal y compromiso colectivo para acoger y hacer realidad la experiencia de la alegría y la esperanza para los niños, con el objetivo de salvaguardar su herencia y los valores tradicionales orientales.
En Irak, el haber sufrido tantos acontecimientos: guerra, embargo y crisis, además del coronavirus, ha hecho que muchas familias sigan desplazadas y desorientadas e incluso, por desgracia, los valores han cambiado de lenguaje. Así pues, en lo que respecta a nuestra misión educativa, los acontecimientos, el aumento de la tasa de pobreza, pero sobre todo la pandemia de Covid19 nos está llevando a donde no queremos ir. Es como si estuviéramos en un barco a la deriva. Abrumados por todo esto, la tarea se hace aún más difícil para los profesores que han tenido que readaptar sus prácticas educativas y encontrar nuevas formas de relacionarse con sus estudiantes.
En vista de los diversos cambios en el sistema de aprendizaje debido a las exigencias, tanto de las necesidades de los estudiantes como de la lucha contra la pandemia de Covid19, los estudiantes, los padres como los educadores se enfrentan a muchas dificultades debido a la falta de medios de telecomunicación adecuados, con el riesgo de ver a más niños privados de educación. Los estudiantes tratan, con frecuencia de seguir su escolarización en Internet en un país en donde a veces el niño tiene que compartir el ordenador con sus hermanos o recibir tareas en un teléfono móvil demasiado pequeño para poder leer. De hecho, hay varias cuestiones en juego. Se necesitará tiempo para adaptarse y realmente tememos que la falta de asistencia de los estudiantes en las escuelas tendrá un impacto duradero en el futuro educativo de los niños, especialmente en los hogares más pobres.
Obviamente, los cursos “en línea” favorecen a los niños con más recursos que tienen acceso a la tecnología. Este sistema no siempre es fácil, debido a los cortes de electricidad, y por lo tanto corte de Internet... para los estudiantes como para los profesores. Estos últimos tienen una débil conexión de Internet en casa, por lo que vienen a dar sus clases “en línea” desde la escuela.
Y como dice el refrán "toda dificultad tiene su lado bueno" aprovechamos la presencia de las profesoras para hacer algunas actividades espirituales (retiros, compartir la Palabra de Dios, la formación, etc.) para resaltar la importancia de la acción de Dios en la educación de la escuela de la que forman parte y que es indispensable para mantener la Esperanza "una educadora bien formada espiritualmente guiará a sus estudiantes por el camino correcto".
Del mismo modo, siempre aprovechamos las oportunidades que nos brindan las fiestas para la celebración de la misa con las profesoras y también para reflexionar sobre las formas de superar los retos que siguen existiendo en la profesión docente en Irak. Por último, hay que decir que, en este contexto educativo caracterizado por muchos cambios, lo que permanece estable en nuestra institución es nuestra exigencia de transmitir a los estudiantes e incluso a las jóvenes profesoras, los valores de la vida humana según el Evangelio, que no cambian en lo esencial, pero que deben adaptarse al lenguaje, al estilo de vida y a la rápida evolución de los jóvenes.
Hoy, más que nunca, queremos seguir el camino trazado por nuestra Madre Fundadora. En el ejercicio de nuestra profesión en el ámbito de la educación, según nuestro carisma. Nuestro compromiso de servicio está en el corazón de la Iglesia y de la sociedad y siempre para los más desfavorecidos.