Misa de Navidad, capilla de Cristo Rey en Bagdad

on 17 Ene, 2024
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Bagdad (Irak), 23/12/2023, Hna. María de los Ángeles Flores Pérez.- Las puertas de la Iglesia se abren en un lugar de Karrada, para recibir a quienes lleguen, sean cristianos o musulmanes. Karrada, donde vive la comunidad, es un barrio que durante todo el siglo XX fue principalmente un barrio cristiano en Bagdad. En el siglo presente, de manera acelerada, ha sido habitada por musulmanes.

Llegando diciembre, los hogares cristianos visten de gala sus casas donde el pesebre tiene el lugar principal, así mismo las iglesias e instituciones cristianas (hospitales, colegios, negocios). Sorprende mirar instituciones musulmanas vestirse también de luz y color. El hospital San Rafael, donde trabajan hombro a hombro cristianos y musulmanes tiene programada la Misa de acción de gracias para el 23 de diciembre, Hna. Maryanne Pierre se lo ha hecho saber a través de la atenta carta invitación que ha enviado a todo el personal a su debido tiempo.

Todos se preparan con entusiasmo, incluso los colegas musulmanes están felices de participar en la ceremonia; Los cristianos están muy alegres y conscientes de poder mostrar un poco de la bondad y belleza de su fe. Las hermanas cuidan todo detalle: liturgia, cantos, decoración, acogida, etc. El personal las conoce de hace mucho, no obstante, ellas quieren aprovechar toda ocasión para testimoniar la fe en Cristo Jesús. Preside la Misa el Padre Amir, Dominico, quien celebra con alegría y profundidad el Misterio de la Navidad, eligiendo con cuidado las palabras de la homilía para, lejos de marcar las diferencias con el Islam, anunciar el amor de Dios que toma carne para redimirnos. La presencia de la Virgen es muy importante, los cristianos la aman y veneran a toda prueba; los musulmanes responden, consciente o inconscientemente, a la atracción, que María Santísima ejerce sobre ellos. 

La alegría de Dios hecho Niño se visibiliza en la convivencia posterior a la Eucaristía. En el salón de usos múltiples comparten bocadillos y, con sorpresa junto al aguinaldo, reciben un regalo bien merecido. Todos portan en el corazón un gozo sencillo, profundo porque “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1, 14).