Líbano: La alegría de vivir la JMJ en la Iglesia maronita, en la tierra de los cedros

on 05 Ago, 2017
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Beirut (Líbano), 28/07/2017, Hna. Victoria Balteanu.- La experiencia de la JMJ en la Iglesia maronita en el Líbano se vivió en tres etapas: del 15 al 18; del 19 al 23; y del 24 al 26 de julio del 2017. La Iglesia maronita ha querido invitar a todos los jóvenes maronitas de todo el mundo con el fin de conocer su país.
 
El destino libanés de la comunidad maronita
 
Los cristianos libaneses representan alrededor del 40% de la población del país. Se componen en su mayoría de maronitas, pero también de la Iglesia ortodoxa de Antioquía, de la Iglesia greco-católica melquita, de la Iglesia Armenia, así como de pequeñas comunidades como las Iglesias siríaca católica y ortodoxa, las protestantes, la Iglesia Latina, la Iglesia Católica caldea y la Iglesia Apostólica asiria de Oriente.
 
La Iglesia maronita nació en el siglo IV bajo el impulso de San Marón, ermitaño ascético que vivía en las montañas de Siria. Los monjes discípulos de San Marón pertenecen, como él, a la Iglesia de Antioquía, que fue hasta el siglo VI uno de los principales centros del cristianismo. En el 451, el Concilio de Calcedonia comportó la separación de los maronitas y de la Iglesia de Antioquía. Los maronitas se negaron también a unirse a la Iglesia bizantina y provocaron la ira del emperador bizantino Anastasio quién los persiguió. Entonces se refugiaron en las montañas del Monte Líbano. Las conquistas musulmanas del siglo VII reforzaron su aislamiento en los refugios de montaña del Líbano.
 
Los maronitas están organizados a partir de una fina red de monasterios y de órdenes religiosas poderosos en el territorio. La comunidad maronita tiene también la particularidad de haber desarrollado una sociedad civil distinta de su jerarquía religiosa, fenómeno notable en un país y una región en la que las dos se confunde a menudo. Esta autonomía precoz de su sociedad civil es uno de los factores determinantes en la participación de los maronitas en la historia de Líbano.
 
Una organización hermosa y sencilla
 
Sr. Victoria BalteanuSr. Victoria BalteanuPrimera etapa: del 15 al 18, recepción del programa diocesano, acogida en las familias y proyectos sociales. Estamos en la escuela de la Sabiduría en Hazmieh Brasilia; el 15 de julio a las 8:30h llega el primer grupo de Damasco, Siria. Empezamos con la misa, después en el salón organizamos juegos para la integración. Al final del almuerzo las familias recibieron a los jóvenes. El 16 de julio llegó el grupo de Egipto y el 18 llegó el grupo de Canadá. Se acordó que en cada familia los jóvenes deberán comer lo mismo que ellas y hacer la misma actividad; por lo tanto, del 15 al 18 acompañamos a las familias e hicimos diferentes actividades, proyectos sociales...
 
Segunda etapa: El miércoles 19 a las 8:00h salida de los diferentes lugares hacia los alrededores de Bkerkeh, donde había un festival de la juventud y la exposición de las diócesis. El jueves 20, asistimos a la conferencia sobre la espiritualidad maronita, exposiciones de las comunidades religiosas, los grupos de la familia Maronita, y el festival en la Universidad de Kaslik. Terminamos el día con la procesión de San Charbel Annyaa. El viernes 21, exposición de diferentes talleres, pintura, escultura, artesanía, etc. Por la noche, el festival en la Universidad de Kaslik, y a continuación, final de copa Maronita. El sábado, salida hacia el Norte del Líbano, visita a San Antonio Kozzhya, la Casa de San Charbel, en la que nació, y los cedros del Líbano; terminamos con una vigilia de oración en Diman. El domingo 23 también en Diman, misa de clausura de las JMJ con el patriarca Mar Bechara Boutros El Raii, y al final, un momento muy feliz y emotivo, cuando supimos que el Padre Tufi había sido nombrado obispo: los aplausos resonaron en todas partes. Por la tarde, retorno de los jóvenes a las diócesis.
 
La tercera etapa: (salidas opcionales) el lunes 24, Zahle, Baalbak, Brkaa o bien, la gruta de Jeita, Biblos y San Charbel; después, el martes 25, el Valle Sagrado o Batroun, Kafarhee, Jrrbtaet Kfifa; el último día, miércoles 26, Beit El Din, Deir el Amar Maghdoucheh o el Mar e ir de compras y la separación en el aeropuerto internacional de Beirut.
 
Una mezcla de fiesta y de alegría
 
Éramos alrededor de 2 millones de jóvenes venidos de todo el mundo, representando a su país, y yo también formé parte de este grupo para representar a Rumania y acompañar al grupo de la Iglesia Mart -Takla Hazmieh (nuestra parroquia) en el Líbano. Me decía: "¡es verdaderamente increíble ver a todos estos jóvenes que están felices de estar ahí, esta alegría manifestada por todas las canciones, bailes, etc.! Y entonces, alguien en el estrado llama a un tiempo de oración y de repente todo el mundo se calla. Ver a tantos jóvenes que cantan juntos es impresionante, pero el silencio de los jóvenes unidos en la oración, es indescriptible, talmente es una locura para vivir".
 
¡La alegría de conocer y vivir en el Líbano!
 
Después de recibir algo tan precioso, tenía ganas de poder darme a la vez, como participante; es una manera de estar al servicio de todos los jóvenes que llegaron al Líbano, sin saber mucho lo que les esperaba. Es un poco lo que hay detrás de los JMJ: ¡es genial ver todo lo que se pone en marcha y la motivación de los jóvenes! Probablemente, soy la persona del equipo nacional que conoce menos el Líbano, pero cuanto más los oigo hablar, más ganas tengo de descubrir este país. Con todos los santos del Líbano y la alegría de vivir de todos los jóvenes.
 
Un momento emotivo que queda de los recuerdos que guardo... es la última noche, cuando el padre Tufi (el responsable de los JMJ) se despidió de los jóvenes con el canto: "No es más que un hasta luego...".
 
La experiencia del amor de Dios

Este recuerdo refleja bastante bien mi experiencia de las JMJ: diez días cerca del final de la aventura, en la alegría, una experiencia mucho más grande y hermosa todavía. La del amor de Dios. Una experiencia muy fuerte en el momento, y que me guía siempre. Evidentemente todo no se hace en un día, es poco a poco, pero lo que he vivido en estas JMJ ha sido verdaderamente un momento formidable.
 
"Dios nos coge cuando no lo esperamos"

En resumen, la JMJ de la Iglesia maronita en el Líbano ha sido formidable, he encontrado que los jóvenes llegaron con un corazón abierto y se les había dicho: "déjense llevar, Dios nos coge cuando menos lo esperamos". Esta experiencia me fortalece en mi fe. Y sucedió cuando no me lo esperaba; muchos jóvenes que van a través de sus crisis y sus deseos de seguir a Jesús, que les dice: "Ven", invitación hecha a todos los jóvenes del mundo entero. Que Dios bendiga a cada una de las personas que tuvieron la idea de organizar este encuentro.
 
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