Malibay, Manila (Filipinas), 23/12/19, Comunidad de Hnas. de Malibay.- El Hijo es la luz, la verdadera luz que ilumina a todos los hombres. La luz de la verdad, del amor misericordioso de Dios. Él vino entre nosotros para mostrarnos el rostro del Padre, convirtiéndose en la revelación perfecta del Padre. Apareció con humildad y el humilde se regocijó de su venida. La luz brillaba en la oscuridad de la desesperación, trayendo libertad al espíritu humano.
Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad; vimos su gloria, gloria como el unigénito Hijo del Padre" (Jn 1,14)
Como parte del intercambio de Navidad de este año, las hermanas y postulantes de la comunidad de Malibay, Manila (Filipinas), así como los colaboradores laicos, tuvieron la experiencia de ser un faro en la vida de un grupo de familias que viven. en el cementerio de Pasay, a dos kilómetros de la comunidad.
Múltiples razones han llevado a muchas familias (principalmente niños y mujeres) a erigir sus hogares en este cementerio: condición social, incendios, inundaciones. El gobierno de Filipinas está haciendo un esfuerzo para reubicarlos en lugares donde recibirán una casa, pero sin la posibilidad de encontrar un trabajo o cualquier forma de apoyo diario, por lo que terminan viviendo en el cementerio, donde construyen pequeñas tiendas de entre tumbas o se aprovechan de las tumbas cementadas y vacías. Es el único lugar donde nadie les pedirá pagar el alquiler.
Con el apoyo de nuestros generosos voluntarios, proporcionamos alimentos a 220 personas, incluidos 15 adultos mayores y 205 niños de 3 a 13 años. También pudimos proporcionar comida a 100 familias. Esta experiencia de compartir nos permitió comprender el amor de Jesús, la alegría del recién nacido en la pobreza de un pesebre. Pudimos descubrir al Jesús que renace en estas vidas privadas de toda oportunidad. Que Jesús Niño nos permita continuar descubriendo los pesebres de hoy.
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