África: Inicio del noviciado

on 21 Oct, 2020
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Ouagadougou (Burkina Faso), 21/10/2020, Viceprovincia de África.- "Que lleven a donde sean llamadas, el conocimiento de Jesucristo y sus misterios” RG XIV. Para hacer efectiva esta noble invitación de Marie Poussepin, hay que tener en cuenta también la siguiente: "No olviden formar personas para perpetuar la obra...". 

No puede existir una sin la otra. Así pues, el acompañamiento de las jóvenes en búsqueda y en formación sigue siendo un desafío y una prioridad para la Viceprovincia y para cada una de sus comunidades, conscientes de que la calidad de nuestro testimonio profético depende de la calidad de la formación. La Predicación a través del servicio de caridad es el Carisma que Marie Poussepin nos legó. Este carisma, siempre actual, sigue siendo inspiración para la juventud. 

El miércoles 14 de octubre, fiesta de Marie Poussepin, cuatro jóvenes de diferentes nacionalidades ingresaron en el noviciado de la Viceprovincia de África, en Ouagadougu (Burkina Faso). Ellas son:
- Mboyo Bokotsi Colette, de la República Democrática del Congo.
- Uwingabire Jeannette, primera vocación de Ruanda.
- Banzouzi Nkoussou Vanne, primera vocación de Congo Brazzaville.
- Okandeji Ejiro Mayfred, de Nigeria.

Gracias al Señor por estas bellas vocaciones de varios países de África.

Si la interculturalidad es un desafío para toda la Congregación hoy, la Viceprovincia de África, cuya comunidad de noviciado este año tiene novicias de seis nacionalidades, no es una excepción. Por esta razón, las sesiones sobre la interculturalidad hacen parte ahora del programa de formación, con el objetivo de asegurar una vida religiosa más radiante y fraterna en nuestras comunidades.

En años anteriores, la Viceprovincia de África tenía tres casas de formación: un postulantado para África Central en el Camerún septentrional, actualmente cerrado debido a la inseguridad, otro para África occidental en un pequeño pueblo no muy lejos de la capital de Burkina Faso, y el noviciado, que funciona desde 1996, en un barrio obrero de la misma ciudad.

Esta etapa de la formación tiene una duración de dos años, incluyendo un año canónico en el que se refuerza la formación humana y cristiana y se acentúa la formación espiritual a través de diferentes cursos y sesiones, la vida cotidiana, el acompañamiento, entre otros.

Confiemos al Señor, por la intercesión de Marie Poussepin y de Santo Domingo, la sabiduría y docilidad que necesitan tanto las formandas como sus formadoras.