Medellín (Colombia), 04/03/2023, Hna. Ángela María Vélez Restrepo.- Celebramos los 50 años de presencia misionera de las hermanas en la Comunidad de Riosucio. Una fundación que nació del espíritu y la audacia misionera de muchas de nuestras hermanas que fueron capaces de salir más allá de las fronteras, para atender el llamado de la Iglesia a través de Monseñor Pedro Grau y del Padre Jesús Botero.
El día más significativo fue aquel 7 de febrero de 1973 cuando nuestras primeras hermanas Romelia Castrillón, María Berchmans, Bernarda Margarita, enviadas por Sœur Marie Bernard du Rosaire, llegaron a Riosucio, celebraron la Eucaristía y reservaron en el Sagrario la presencia sacramental, de Aquel que estaría siempre para acompañar el caminar de las hermanas. Él, hizo su tienda en medio de nosotras, y permanece porque su fidelidad es eterna. En esta fecha quedó canónicamente establecida la casa y con ello la certeza de estar presentes “donde la Iglesia nos llama y los hermanos nos necesitan”. C.84
La Provincia de Medellín se une a esta celebración donde el brillo de la misión es la sencillez y la humildad de quienes con espíritu misionero han entregado en estas tierras, alma, vida y corazón, porque las mueve la pasión por el Reino y la convicción de estar aquí porque las Iglesia las ha llamado y los hermanos las necesitan.
Celebrar las Bodas de Oro es encontrarnos con una historia que ha brillado con luz propia.
Brilla porque ha existido abnegación, mística, compromiso, a ejemplo del Apóstol Social de la Caridad han sabido dar y darse en plenitud a los niños, jóvenes, adultos, mujeres cabeza de familia, ancianos, enfermos, con una marcada vocación de compromiso con la Parroquia y con todos los programas y proyectos sociales que cualifican y fortalecen la dignidad humana.
Brilla porque la entrega de cada día ha tenido una motivación, una esencia, una razón de ser: Recibir con amor a quien llega, lo que convierte este lugar sagrado, en recinto de fraternidad y comunión, donde todas pueden expresar “Que amables Oh Señor son tus moradas”, que grato encontrar que has construido sobre la Roca y has mantenido el gozo de la vida Consagrada.
Brilla porque cada día le han madrugado a la misión para encontrarse con los distintos destinatarios y acompañar su caminar, regalándole cada día su apoyo, su servicio, su cercanía, su amistad, su generosidad incondicional.
El compromiso de vida es mantener el brillo de este “oro” en su misión de cada día. Ser un referente testimonial, mostrar el Dios que las habita y dar cuenta de la esperanza que moviliza todas sus acciones.
Es el Señor “quien construye la casa” en ese lote hermoso de su heredad, en este Riosucio, tierra chocoana que les ha abierto las puertas y les permite extender el Carisma de la humilde, piadosa y caritativa, Marie Poussepin.
A cada una de las hermanas que todas llevamos guardadas en el alma. Vidas que se han dado y se siguen dando, con la certeza de mantener encendida la llama del Servicio de Caridad, siempre en apertura, haciendo evidente el abrazo que nos hermana, el tiempo que se da en gratuidad y la alegría de estar en un lugar de Providencia. Con el salmista expresamos: “nos ha tocado un lote hermoso y nos encanta esta heredad”.
Nuestra Madre Fundadora Marie Poussepin, sea siempre un referente de vida espiritual que nos motive en la misión que por don y gracia hemos recibido. “Ella vio lo que era recto a los ojos de Dios y lo cumplió”, que cada una de ustedes hermanas Elizabeth, Florelia y Luz Inelda, la comunidad local de este momento, pueda hacerlo, así sabrán realizar cada día, “lo bueno, lo justo, lo que agrada a Dios” y hace felices a los otros.