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Churuquita Chiquita, Penonomé, Coclé  (Panamá), 31/03/2025, comunidad de Churuquita Chiquita.- Cuando era niña, la Hna. Donatila González Gómez solía caminar entre el agua y el lodo para ir a la escuela, lo hacía en chancletas, no por descuido, sino porque era lo propio en su comunidad que solo contaba con caminos de herradura, pero ella sabía que lo más valioso no era lo que llevaba en sus pies, sino aquello que guardaba en el corazón y la mente: una profunda fe, sueños y el compromiso de prepararse como maestra para servir a su patria.

Recientemente, esa niña de corazón grande, hoy directora de la Institución Educativa Carmen Conte Lombardo en la comunidad Churuquita Chiquita, de Penonomé, Panamá, ha sido nominada y ganadora de dos condecoraciones: el premio “Oye Mujer” que enaltece el valor de todas aquellas mujeres líderes que hacen eco de su poder en distintos sectores del país y la “Medalla Victoriano Lorenzo”, recordando a aquel líder indígena que luchó hasta dar su vida por la libertad de Panamá. Estas distinciones honran la vida de entrega de las mujeres que, como ella, han hecho del amor y la educación su pasión y estandarte de lucha.

Hna. Donatila ha hecho de su vocación religiosa un faro de luz y esperanza para los niños, jóvenes y sus familias, llevando en su persona el carisma de su madre fundadora, Marie Poussepin. Mujer que en el Siglo XVII supo ver con los ojos de la misericordia la miseria y el abandono de los niños y jóvenes huérfanos, producto de las guerras de la Fronde en Sainville una población cercana a Dourdan, lugar de su nacimiento en Francia, y con la audacia de la caridad dio respuesta a las grandes necesidades de su tiempo, la educación y la salud En este contexto, la labor de la Congregación a la cual pertenece, Hna. Donatila no solo se limita a las aulas, sino que extiende su servicio de caridad a los más vulnerables, en 36 países del mundo.

Como comunidad, las Hermanas han tejido con paciencia y entrega una red de apoyo espiritual, humano y educativo que ha transformado la vida de muchas generaciones, mediante la cercanía, la visita, la escucha, el consejo oportuno el gesto de bondad inspirado en la caridad; sembrando esperanza, fe y formación integral, dejando huellas imborrables en cada una de las personas que han acompañado y con las que ha compartido su vida. A lo largo de su misión, la Hna. Donatila ha representado a su Congregación en diferentes encuentros nacionales e internacionales, a veces, como la única representante panameña. En estos escenarios, testimonia con humildad su identidad de mujer consagrada y refuerza su motivación para seguir entregando su vida al Señor en la noble tarea de educar. Cree firmemente que “juntos hacemos mejores cosas”, y desde la dirección del Instituto lleva a cabo con el equipo de docentes un proyecto educativo que no solo forma estudiantes, sino también personas con valores, metas y sentido de comunidad. El lema del colegio es: “Del campo surgen las fuerzas vivas de la nación”, lema que cobra vida en su testimonio. Porque desde el corazón del campo, ella ha surgido como una fuerza viva que transforma con dedicación, guía con sabiduría y lidera con el Evangelio.