Madrid (España), 17/05/2020, Hna. María Dolores García Maquivar.- El día 17 de mayo de 1970, justo hace cincuenta años, era Pentecostés. Visto desde hoy, un inicio muy adecuado para quien ahora vive e impulsa el empeño de trascender fronteras, no sólo para sí misma, sino para toda la Congregación. Me permito tomar sus propias palabras: “Hemos de reavivar la fuerza del Espíritu y la conciencia de la llamada que el Señor nos sigue haciendo, para trascender fronteras y encarnar la misericordia y la ternura del Señor”.
Aquel lejano 17 de mayo, fiesta de Pentecostés, fue el día de la profesión de Hna. Maria Escayola Coris. Su trayectoria vital desde aquel día, el Señor y ella la conocen. Quienes hemos estado a su lado en algunos momentos significativos, tanto alegres como dolorosos, hemos podido percibir su manera de vivirlos, recordando que “por sus frutos los conoceréis”. La hemos visto manteniéndose en la sencillez, en el trabajo constante y silencioso, en la serenidad y la atención a las personas, pendiente de los detalles y con amplia visión de conjunto. Desde el día de su profesión hasta hoy hemos percibido en ella a una hermana más, que ha ido asumiendo a lo largo de su vida, las diferentes tareas y misiones que se le han confiado, con una nota común en todas ellas: comprenderlas y realizarlas como servicio.