Desde Jerusalén: "Pero vuestra tristeza se convertirá en alegría"

on 12 Oct, 2023
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Jerusalén (Israel), 12/10/2023, Hna. Luz Mery Chaverra Rodríguez.- Para nosotros los creyentes el mensaje del Evangelio es siempre portador de gozo, ánimo y esperanza en medio de tantas realidades de este mundo en el que de muchas maneras se experimentan la ansiedad, la tristeza y la depresión.  En Jerusalén y todo el país de Israel, se pasa por uno de esos momentos en que se torna bastante complejo entender la promesa de Jesús en Juan 16, 20 «estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría». 

El pasado 7 de octubre en Israel, todo convocaba a la alegría, al gozo, a la fiesta… el pueblo Judío celebraba un Shabat muy especial, la fiesta de la Simjat Torá, en la que expresan alegría por el canto y el baile, celebrando el final del ciclo anual de las lecturas semanales de la Torá.

De nuestra parte, la Maison d’Abraham, la casa, las flores, la música, las invitaciones, todo estaba dispuesto para la celebración de la Fiesta de San Abraham.  Unos minutos antes de la Eucaristía, se empezaron a sentir sirenas de alarma de guerra y señales en el cielo que indicaban el paso de miles de misiles.  Y por los diferentes medios de comunicación, el país entero entendió que el cielo, la tierra y el mar indicaban que era el inicio de muchos días de dolor y sufrimiento para todos, que la alegría de la fiesta se convertía en profundo duelo.

Dolor y sufrimiento para Israelitas, Palestinos y extranjeros; todas víctimas de las consecuencias de la violencia, el odio, la falta de tolerancia y de perdón.  Todos en medio de una guerra que tuvo comienzos hace más de cinco décadas y pareciera no tener fin. Porque cuando la mente y el corazón se nublan con estos sentimientos, se agotan las fuerzas del amor y cambia el sentido de la promesa de Jesús: La alegría se convierte en tristeza y duelo.

Pero siempre hay una luz que brilla en todas las circunstancias desfavorables. Tenemos confianza en Dios que salva siempre a los que esperan en él; muchas personas han sido portadoras de su voz y nos han sostenido en la esperanza con sus llamadas, mensajes y voces de solidaridad.  Hermanas de todas las Provincias, familias, amigos, voluntarios, peregrinos que han pasado por esta misma casa algunos que aún no conocemos porque solo han previsto sus reservas para los meses siguientes, han sido presencia y compañía. 

Fue también Providencia de Dios, inspirar al Gobierno General para que fuera éste, el tiempo propicio para la Visita Canónica en Jerusalén.  La calidad humana sencilla, abierta, cercana y fraterna de hermanas Mariamma Paul y Martha Mendieta, han sido de gran valor para nosotras.  Infinitas gracias para ellas y para todas ustedes.

Una promesa de oración en cada mensaje significa mucho porque nos habla de fraternidad que sana y refuerza en la fe.  Y a todas estas personas nos unimos en la misma oración por estos dos pueblos para que un día comprendan y asuman que son hermanos, hijos del mismo Padre, que pueden compartir en paz esta tierra de la promesa y así seguir permitiendo a los que visitan este país, vivir la experiencia de que sus pasos recorren un lugar sagrado, que visitan la Tierra Santa.

Seguimos confiando en que la tristeza se convertirá en gozo; seguimos confiando en que Dios sigue guiando a su pueblo por senderos de paz y amor; creemos en la fuerza y el poder de la oración.