Manizales (Colombia), 06/12/2023, Hna. Elsa Myriam Londoño V.- La apremiante realidad de nuestra actual situación histórica no solamente pide “hablar de Justicia, Paz e integridad de la Creación” en los contextos actuales de educación, sino evidenciar el compromiso de nuestras instituciones al cuidado de la vida.
Nos hallamos enfrentados a nuevas amenazas, que, según dicen nos destruirán más cierta e inevitablemente que una guerra nuclear: la explosión demográfica, frente a:
la disminución de los recursos naturales y las provisiones alimentarias, la contaminación del medio ambiente y la escalada de la violencia. El sistema que devora las personas a favor del lucro lleva en sí causas de tornarse inviable y llevar la humanidad a una catástrofe. Cualquiera, de estos problemas, por sí solos, podrían amenazar profundamente nuestro futuro; todos juntos, significan el desastre.
Toda solución habrá de pasar por unos cambios tan radicales en el terreno de los valores, los intereses, el modo de pensar y el nivel de vida de tanta gente, especialmente de los países más prósperos; que la mayoría de los observadores, los consideran virtualmente imposibles.
Nosotros como hermanas comprometidas con la juventud y los docentes formadores nos hallamos ante la misma y difícil perspectiva. Lo cual no sólo nos permite valorar el camino recorrido en la educación de la niñez y juventud, sino que exige discernir en la fe e iluminadas por la Palabra, las intuiciones que Jesús tuvo acerca de lo que se podía hacer al respecto.
Con todo, no nos atrevemos a presuponer que él tuviera todas las respuestas y que nosotros sepamos cuáles son. Ni podemos tampoco suponer que sus intuiciones vayan a ser irrelevantes para nosotras y que podamos ignorarlas tranquilamente. Es desde esta perspectiva que entendemos el seguimiento de Jesús, para vivir y morir al servicio del Reino por el ejercicio de la práctica de la caridad, con las víctimas de los sistemas de muerte, para el advenimiento del Reino.
A partir de esta realidad y de las opciones congregacionales e institucionales compartimos estas iniciativas que miradas de forma holística ofrecen un horizonte de liberador.
En primer lugar, nuestra educación tiene un enfoque humanizador, con tendencia personalizante, que dispone a nuestros estudiantes para asumir el compromiso con su propio crecimiento personal, con el desarrollo de todas sus potencialidades, para comprenderse a sí mismo, realizarse, desempeñarse en la sociedad y aprender a resolver sus problemas de manera pertinente y eficaz. Nuestro objetivo central es liberar a la persona, no uniformarla ni someterla.
Iniciativas como proyección social de la Unidad Educativa la Presentación de Quito en una zona pastoral de misión con población rural, Proyecto “Por manos migrantes, hechos con amor” Colegio la Presentación Cartago Colombia y todo el compromiso de la Universidad Católica de Manizales que desde su horizonte institucional “promueve el empoderamiento de la persona en la construcción continua de proyectos de vida y propicia ambientes favorables para el bienestar y la permanencía.” Todas estas y otras iniciativas hacen visible una educación inclusiva e humanizante.
En segundo lugar, haciendo de nuestros entornos educativos lugares de protección solidaria de la vida.
Apoyamos a las madres y los niños de Venezuela y mujeres que escaparon de la guerra, creando espacios seguros en los que puedan disfrutar y desarrollar sus habilidades. Acompañamos niños y jóvenes víctimas de violencia y abuso, reforzamos extraescolarmente en áreas básicas a niños y niñas con dificultades de aprendizaje etc. Nos fortalece el pensar que la educación abarca toda la vida y por ello asumimos nuestra misión de manera integral.
En tercer lugar, poco a poco vamos comprendiendo que la ecología nos llama a la trasformación social sí, pero esta transformación no es real sin que vaya acompañado de gestos cotidianos de cuidado de la tierra, del cuidado entre nosotras. Un compromiso personal que nos libera y transforme.
Es por eso que nos vinculamos a Proyectos ambientales pensado en la conservación del medio ambiente y en buenas prácticas que preserven las especies y se generen hábitos para la disposición de residuos, Campañas en la Escuela saludable, Proyecto Ciudadela Verde, Proyecto Botellitas de amor, Proyecto comida saludable. etc.
De esta manera cooperamos en comunidad y en comunión con otros para vivir como dice Pablo en la Carta a los Efesios 4,20-24: “Pero ustedes no aprendieron así a Cristo,
si es que de veras fueron enseñados y formados según él, sabiendo que la verdad está en Jesús. Se les pidió despojarse del hombre viejo al que sus pasiones van destruyendo, pues así fue su conducta anterior, y renovarse por el Espíritu desde dentro.”