Sainville (Francia), 30/04/2024, Hnas. Carmen Leonor Cortés C. y Marta Roselia Galdámez H.- Se hizo realidad un sueño largamente acariciado. Desde el momento en que nuestras superioras nos ofrecieron tan incomparable experiencia nuestros corazones comenzaron a palpitar al unísono con esta gran peregrinación.
- Impregnarnos más del carisma e irradiarlo con mayor fuerza.
- Conocer más a Marie Poussepin.
- Enamorarnos de su gran virtud: la Caridad.
- Valorar la valentía y el coraje de las hermanas a lo largo de la historia par tomar fuerzas nuevas frente al momento histórico que vivimos.
Desde el momento de la llegada nos sentimos hermanas y en casa, reconociendo esos rasgos de familia que nos caracterizan como hijas de Marie Poussepin, sencillez, alegría y acogida, fuente de fraternidad, que nos une a pesar del tiempo y la distancia. Cada una de las hermanas nos hemos dado la oportunidad de compartir las diferentes experiencias misioneras y con ellas nos hemos enriquecido, valorando las múltiples expresiones del Carisma.
Los diferentes lugares de la casa: el pozo, la capilla, la pieza de Marie Poussepin y la cripta, han sido fuente de contemplación y admiración que nos llevan a agradecer a Dios por esa pequeña, misteriosa y fecunda semilla del carisma que hoy se expande como árbol frondoso a lo largo de tantos países. Las experiencias vividas, en los diferentes lugares que hemos recorrido nos hablan de esa espiritualidad profunda alimentada por el conocimiento de Jesucristo y el servicio incansable a los más necesitados. Gran desafío para cada una de nosotras, en espera del próximo Capítulo general y continuar el proceso de reestructuración y significación de nuestras vidas.
Con el salmo 91: “Es bueno dar gracias al Señor y salmodiar a tu nombre, oh Altísimo” agradecemos a Dios este gran regalo, a Hna. Maria Escoyola Coris, superiora general y su consejo, así como a nuestras Estructuras y comunidades que nos están acompañando y han hecho posible esta peregrinación.