París (Francia), 14/09/2024, Sr. María Esperanza Olarte.- Con la ocasión de los Juegos Olímpicos de París 2024, la Iglesia francesa toma parte activa para acompañar el mundo del deporte, y por ello se constituyó la ruta Holy Games, del 25 de julio al 11 de agosto, y Holy Extra-Ordinaire (para los Juegos Paralímpicos). Tuve la suerte de participar en el primer equipo de Holy Games, con la Familia Dominicana, del 25 de julio al 2 de agosto.
El principio
"Citius, Altius, Fortius"*: Más rápido, más alto, más fuerte.
Siguiendo el inspirador lema de nuestro hermano dominico Fr. Henri Didon, la Familia Dominicana participó de este tiempo de misión, de compartir y de escucha en la Parroquia de San Francisco Javier, en el 7º Ayuntamiento de París. Muy cerca de la esplanada de los Inválidos, donde se desarrollaba la competición de Tiro con Arco, así como del Pont Alexandre III y del Grand Palais, también lugares de competición.
Nuestro equipo estuvo conformado por 13 miembros, entre frailes, laicos y religiosas dominicas de tres congregaciones diferentes. Fue una semana en la que vivimos la misión al estilo de Santo Domingo: vida comunitaria, oración y misión, sostenidos al mismo tiempo por el párroco y los laicos de SFX. Todos juntos vivimos una semana extraordinaria en la que:
- Se acogió a propios y visitantes en la Iglesia parroquial, ya sea para una simple visita, para participar en los oficios, como vísperas, adoración y Eucaristía (en francés, español e inglés).
- Se discutió sobre la fe, el deporte y las polémicas actuales de la Iglesia y la sociedad.
- Vimos juntos un documental sobre Fr. Henri Didon, su vida, su misión en la educación, su vocación por promover el deporte y su amistad con Pierre de Coubertin. Por cierto, su parroquia era justamente SFX, y su casa, donde nació y vivió, se encuentra a escasos metros de la Iglesia Parroquial.
- Había disponible una cabaña, instalada en el atrio de la iglesia, donde se ofrecía café, refrescos o sirope a los transeúntes, extendiendo el compartir por varios minutos.
Tuvimos la fortuna de acoger a cientos de visitantes de todas partes del mundo, como lo atestigua el mapamundi colocado a la entrada de la iglesia. Gente de todas las razas y religiones, como también de diferentes disciplinas deportivas, pasaban por allí, ya fuera para apoyar un deporte o incluso como familias que venían a orar por los atletas que participaban en las competiciones. Fue una ocasión para abrir nuestras iglesias desde las 8:30 hasta las 23:00. Como expresó monseñor Philippe Marsset, estos “eran los cinco panes y los dos peces” que teníamos para ofrecer, y lo dimos todo.
En total, fueron 50 parroquias las que se movilizaron en París y sus alrededores como parte de Holy Games, con representaciones teatrales, conciertos y vigilias de oración. La Iglesia de la Madeleine fue escogida como la parroquia de los Juegos Olímpicos.
Algunas celebraciones
El día 25 de julio, en la basílica de Saint-Denis, se vivió una noche de alabanza y testimonio de algunos deportistas, y la bendición de los atletas, quienes recibieron la primera medalla: la Medalla de la Rue du Bac.
El 26 de julio, por la noche, todos los equipos de Holy Games vivieron juntos la inauguración de los Juegos Olímpicos en la Fundación Eugène-Napoleon, París 12.
El domingo 28, tuvimos la suerte de asistir a la competición náutica en Vaire-sur-Marne. Fue la primera vez, y quizá la única, que participé en este tipo de eventos a nivel mundial. La verdad fue una experiencia inolvidable: parecía una fiesta para todos, donde, aunque no habláramos el mismo idioma, parecía que todos nos conocíamos. Era como si toda la familia estuviera reunida, viviendo una fiesta alrededor de un lago. Este momento me hizo pensar en las escenas bíblicas alrededor del lago de Genesaret, o en las palabras de Pedro en el Tabor: "¡Qué bueno es estar aquí! Hagamos tres tiendas…". Sentí la alegría en el corazón de todos, deseando que el tiempo se detuviera para seguir viviendo así, unidos y felices.
Durante la semana
Hubo encuentros de formación para los equipos de Holy Games, donde compartimos la Eucaristía y momentos de convivencia, mientras íbamos y veníamos de un lado a otro.
El viernes 2 de agosto, concluimos la primera semana de Holy Games con la veneración de la Santa Corona de Espinas, que se venera en la Parroquia de Saint-Germain l’Auxerrois (normalmente la corona se encuentra en Notre Dame). Después de una catequesis sobre la corona que recibían los atletas en la antigüedad y la corona de Cristo, procedimos a la veneración y seguidamente celebramos la Eucaristía.
Esta semana de Holy Games fue maravillosa, una misión inolvidable como Iglesia y como Familia Dominicana. No fue extraordinaria por lo que di, que fue muy poco, sino por todo lo que recibí: la oportunidad de conocer, conversar y aprender de tanta gente de todo el mundo. Solo me queda decir: “ Que mi alegría perdure”. Y gracias Señor, gracias a la familia dominicana y bravo a la Iglesia de Francia, por ser tan inventiva, creativa y abierta.