Bangalore (India), 05/06/2016, Hna. Teresa.- El Jubileo es una celebración de gozo, porque Dios nos ha bendecido con inmensas gracias durante los últimos 800 años de vida como dominicos. Es un momento de compartir nuestra alegría en familia y un tiempo para agradecer a Dios por su compañía constante con la Orden durante los últimos años. Para celebrar este día de alegría, como familia dominicana, nos reunimos en nuestra casa provincial, el 4 de junio de 2016.
El día comenzó con una oración en la gruta de Santo Domingo, en nuestro jardín. La presencia del P. John Kusumalayam, op., superior provincial, Hna. Philomina Vengachottil, nuestra superiora provincial, los superiores y los miembros de las otras congregaciones dominicanas de los alrededores de Bangalore hizo multiplicar la alegría de nuestra reunión. El cirio del jubileo fue encendido y llevado por el P. provincial John Kusumalayam. Con velas encendidas y cantando el himno del Jubileo, nos dirigimos todos en procesión hasta el hall de Marie Poussepin’s Home Community.
La bella tradición de la presencia de un franciscano presidiendo la celebración dominicana se continuó con la presencia del Rev. P. Joseph DolphyPais, OFMCap., quien nos iluminó con su charla sobre "Impacto de los dominicos en la Iglesia y en el mundo de hoy". La solemne celebración eucarística presidida por el P. Dolphy y concelebrada por nuestros hermanos dominicos junto con el melodioso canto tuvo un efecto vivificante. La santa presencia de las reliquias de santo Domingo de Guzmán, Santa Catalina de Siena y San Vicente Ferrer nos permitió experimentar las bendiciones celestiales de Dios en cada uno de nosotros y en nuestra celebración.
Sumado a ello, la deliciosa comida compartida juntos, como familia dominicana, fue ocasión para compartir a otro nivel. Después del almuerzo, la sesión de intercambio de nuestras experiencias como Dominicos nos permitió conocer algunos de nuestros recuerdos del pasado como familia. Siguiendo el ejemplo de Santo Domingo, que dio gran prioridad a la oración, concluimos el día con una oración dirigida por los frailes dominicos. Fue realmente un día de alegría y con corazón agradecido nos despedimos.