París (Francia), 30/08/2016, RCF.- Os compartimos con alegría la entrevista de Sr. François de Sales, realizada a principios de julio en su comunidad, por Béatrice Soltner, y retransmitida en estos días en Radio RCF (RADIO CRISTIANA FRANCÓFONA, una red de 63 radios locales). “El tiempo que me queda, mi oración, mi manera de pensar, es acción de gracias”. A los 96 años, Sr. Françoise Grangier tiene una mirada luminosa sobre la vejez.
Su vejez, Sr. Françoise Grangier, la vive día a día, como un momento, pero no se va repitiendo a lo largo de la jornada que tiene 96 años. Desde hace 14, lucha contra un cáncer de sangre y mientras recupera poco a poco “la fuerza y la energía" abre su puerta a Beatrice Soltner. La religiosa forma parte de las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen y ahora vive en el corazón de París, con otras hermanas de edad avanzada. En su habitación, hay sobre todo libros, los de Maurice Zundel, en particular, su “maestro espiritual” que le hizo descubrir “la pobreza de Dios”.
"El tiempo que me queda, mi oración, mi manera de pensar, es acción de gracias. En una jornada donde nunca terminas de decir gracias: gracias por la persona que me trae el desayuno, por aquella que me hace una visita... Esta es mi vida”.
EL DESEO DE LA VIDA RELIGIOSA
De nacionalidad franco-suiza, Sr. Françoise es de una antigua familia suiza originaria de la región de Gruyère, “un gran valle fértil y soleado". Era muy joven cuando, en el espacio de algunos meses, perdió a su madre y después a su padre. “Cuando perdemos a nuestros padres, decimos que hay algo más después”. Un drama que “enseguida hace entrar en la edad adulta”, como ella dice, y que la ha hecho muy sensible a la dimensión espiritual de la existencia.
EL TIEMPO PRECIOSO DE LA VEJEZ
El tiempo de la vejez, Sr. Françoise lo vive como “un tiempo precioso no porque se vaya a terminar pronto sino porque es una etapa de la vida donde las cosas se prolongan”. Por la mañana, se prohibió abrir la televisión o el ordenador, consagra las primeras horas del día al silencio. Cuatro veces por semana tiene una cita con su fisioterapeuta, a continuación, consulta su correo electrónico y navega por Internet. “Por la tarde, tengo una debilidad por la emisión “Cifras y letras”, lo que me hace trabajar todavía un poco”.
Sr. Françoise hace de su vida aquello que Maurice Zundel llama “un minuto estrellado” – “esta pequeña luz que os dice que estás en la dirección correcta y os libera”. Esta mujer que ha vivido la Segunda Guerra Mundial y que se mantiene al tanto de las noticias de actualidad, a menudo negativas, cultiva la búsqueda de la paz a su escala, “que consiste en nunca, nunca, nunca, decir mal de los otros”.