Medellín (Colombia), 18/09/2017, Hna. Ana Cecilia Villegas Cadavid.- Repaso de algunos momentos claves de la visita del papa Francisco a Colombia.
COLOMBIA TIENE DOS NUEVOS BEATOS
En el marco de la celebración de la fiesta de la natividad de la Virgen María, el Papa Francisco, en su visita a Villavicencio, beatificó a dos mártires colombianos víctimas de la violencia que desde hace muchos años padece la nación. Son ellos: Mons. Jesús Emilio Jaramillo, obispo de Arauca, y el P. Pedro Ramírez, mártir de Armero. También se encontró con las víctimas de la violencia a quienes alentó con palabras de misericordia y les pidió con insistencia no caer en la entendible tentación de la venganza: “Cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza, se convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de la paz”.
EL PAPA FRANCISCO EN MEDELLÍN
Una mañana lluviosa y toda Antioquia recibieron con alegría al Papa Francisco... Las calles se llenaron de gente para ver pasar a este pregonero de la paz que en su sencillez y calidez humana, llenó de emoción y esperanza a todo un pueblo. El aeroparque Olaya Herrera fue el escenario para que más de un millón de personas participaran en la celebración Eucarística. El lugar estaba preparado con flores y colmado de voces polifónicas que cantaron "Cerca de tu altar Señor..." (Texto escrito por H. Margarita de la Encarnación y con la música del P. Juan José Briceño).
En la homilía hizo resaltar aspectos claves de la libertad y la paz: “Jesús no se queda en un cumplimento aparentemente «correcto», Él lleva la ley a su plenitud y por eso quiere ponernos en esa dirección, en ese estilo de seguimiento que supone ir a lo esencial, renovarse, involucrarse. Son tres actitudes que tenemos que plasmar en nuestra vida de discípulos”. Terminó diciendo: “He venido hasta aquí justamente para confirmarlos en la fe y en la esperanza del Evangelio: manténganse firmes y libres en Cristo, firmes y libres en Cristo, porque toda firmeza en Cristo nos da libertad, de modo que lo reflejen en todo lo que hagan. Asuman con todas sus fuerzas el seguimiento de Jesús, conózcanlo, déjense convocar e instruir por Él, búsquenlo en la oración y déjense buscar por el en la oración, anúncienlo con la mayor alegría posible”.
ENCUENTRO CERCANO... HOGAR INFANTIL SAN JOSÉ
El papa Francisco y Hna. Noemí CadavidLos vecinos del Hogar Infantil San José, las niñas, las jardineras (encargadas del cuidado de las niñas) y las hermanas no daban crédito a la promesa cumplida... ¡el Papa está por entrar! Llegan la avanzada y luego aparece la figura blanca del hombre de Dios, viene lleno de misericordia para repartir entre los centenares de niños y niñas que viven al amparo de estos hogares, atendidos por varias comunidades religiosas y este el propiamente dicho, llamado Hogar infantil San José, cuidado desde 1915 por las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen.
Todos los presentes querían saludar al Papa Francisco... cometido que parecía imposible, pero él tenía una sonrisa, un abrazo, un gesto con sus manos para colmar las expectativas de todos. Los saludos protocolarios y luego Claudia Yesenia, le contó al Papa su vida y los sufrimientos vividos en su primera infancia, a ella la llamó: ¡valiente! Y agregó “Jesús no abandona a nadie que sufre, mucho menos a ustedes, niños y niñas, que son sus preferidos. Claudia Yesenia, al lado de tanto horror sucedido, Dios te regaló una tía que te cuidó, un hospital que te atendió y finalmente una comunidad que te recibió. Este «hogar» es una prueba del amor que Jesús les tiene a ustedes y de su deseo de estar muy cerca de ustedes. Y lo hace a través y con el cuidado amoroso de todas las personas buenas que los acompañan, que los quieren y que los educan. Pienso en los responsables de esta casa, en las hermanas, en el personal y en tanta gente que ya son parte de la familia porque vienen, se integran, conocen. Porque eso es lo que hace que este lugar sea un «hogar»: el calor de una familia donde nos sentimos amados, protegidos, aceptados, cuidados y acompañados”.
Las flores que cada niña llevaba en sus manos se convirtieron en una linda ofrenda para el Papa. Luego abordó el papamóvil y comenzó la peregrinación que llegaría a la Macarena en donde 22.000 religiosos y sacerdotes lo esperaban.
ENCUENTRO CON LOS SACERDOTES Y RELIGIOSOS EN LA MACARENA
Después de saludar y ser ovacionado por más de un millón de personas que a lo largo de las calles que lo conducían
al Centro de espectáculos La Macarena, el Papa desciende del papamóvil para encontrarse con otra realidad, la que está muy cerca de su corazón, la que lo llena de esperanza. Es tan diciente y rico el mensaje que adjunto el link para leerlo en su totalidad.
Después de hablar con tanta espontaneidad y cariño, desarrolló tres temas fundamentales:
- Permanecemos en Jesús tocando la humanidad de Jesús.
- Permanecemos contemplando su divinidad.
- Finalmente, hay que permanecer en Cristo para vivir en alegría.
Después de estos emotivos encuentros en la ciudad de Medellín, se despidió: “Que Dios los bendiga; que bendiga la vida consagrada en Colombia. Y no se olviden de rezar por mí, para que me bendiga también, gracias”. Luego viajó a Bogotá.
CARTAGENA RECIBE AL PAPA Y AL FIN DE LA TARDE LO DESPIDE
La calurosa Costa Atlántica reunida en la Ciudad Heroica, Cartagena, colma las calles adyacentes al aeropuerto para ver a Francisco. Las gentes más sencillas tienen el privilegio de verlo en su barrio cuando visitó el Hogar Talita Kumi, de allí va a la casa de una mujer anciana que es protagonista de la caridad en su barrio. El Angelus en la Iglesia de San Pedro Claver fue la oportunidad para unir a dos grandes de la fe en Colombia: La Virgen de Chiquinquirá y San Pedro Claver.
Reservó para su homilía en “Contecar” uno de los temas más álgidos: "Dignidad de la Persona y derechos humanos", todos lo escucharon con atención y no dejaron de responder con la voz del corazón lo que significaba aquella comunión del pastor y de un pueblo que no cabía en una sola mirada. Allí dijo el Papa Francisco: “no nos quedemos en «dar el primer paso», sino que sigamos caminando juntos cada día para ir al encuentro del otro, en busca de la armonía y de la fraternidad. No podemos quedarnos parados. El 8 de septiembre de 1654 moría aquí mismo san Pedro Claver; lo hacía después de cuarenta años de esclavitud voluntaria, de incansable labor en favor de los más pobres. Él no se quedó parado, después del primer paso siguieron otros, y otros, y otros. Su ejemplo nos hace salir de nosotros mismos e ir al encuentro del prójimo. Colombia, tu hermano te necesita, ve a su encuentro llevando el abrazo de paz, libre de toda violencia, esclavos de la paz, para siempre”.
La despedida fue un ordenado mini carnaval y con un rostro cansado pero con una inmensa sonrisa se despidió para viajar a la ciudad eterna.