Testimonio: Visita a Guaimaca

on 13 Dic, 2017
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Guaimaca (Honduras), 12/12/2017, Hna. Myriam Botero.- Con el fin de hacer seguimiento a un proyecto de capacitación de jóvenes campesinas mediante un cultivo ecológico, subvencionado en 2016 por la Dirección General de Cooperación de Baleares (España), tuve el gusto de estar en la comunidad de Guaimaca (Honduras) entre el 11 y el 20 de octubre.

Allí encontré, además de acogida sencilla y fraterna por parte de las hermanas, un trabajo apostólico que me sorprendió por todas sus características: creatividad, equilibrio, buena organización, novedad en la respuesta, trabajo en la periferia, aprovechamiento de recursos, participación activa de laicos... En síntesis, una misión según la mente y el corazón de Marie Poussepin.

La capacitación que se brinda a las jóvenes campesinas está enfocada no sólo a asegurarles el título de bachillerato mediante el sistema de educación por radio, sino a desarrollar sus habilidades artísticas y manuales, a darles elementos básicos de medicina alternativa, alfabetización, organización comunitaria y liderazgo cristiano en sus aldeas. La capacitación teórica y práctica en agricultura ecológica y en cultivo y empleo de plantas medicinales es un aspecto muy importante de su formación, porque les permite ser multiplicadoras de lo que reciben y da la posibilidad, a padres y madres, de asociarse al trabajo de sus hijas.

Precisamente el proyecto que evalué tenía como objetivo cultivar una hectárea de hortalizas en la finca que un benefactor norteamericano donó a la Congregación para asegurar la financiación, tanto del Centro de Capacitación como del dispensario. Este cultivo se hizo empleando casas-malla, especie de invernaderos cubiertos con malla anti-mosquitos. Con la asesoría de un ingeniero agrónomo, los tutores y algunos empleados de la finca, las alumnas recibieron capacitación teórica y práctica sobre todo el proceso de cultivo de las hortalizas, desde la preparación del terreno y la construcción de la casa-malla, hasta la recolección y comercialización de los frutos.

En Guaimaca, la atención sanitaria a la gente con menos recursos, es también una prioridad. El dispensario, que ha ido creciendo desde la llegada de las hermanas a Honduras, gracias a su trabajo y a la colaboración de equipos de laicos médicos, odontólogos, constructores, electricistas, carpinteros... de la diócesis de Fall River y otras diócesis e iglesias cristianas de los Estados Unidos, es ahora una pequeña clínica que ofrece servicios de medicina tradicional y alternativa, farmacia y odontología. Dos días después de mi regreso, se hizo la inauguración de un centro odontológico con buena dotación: dos salas muy amplias y otras pequeñas dependencias albergan ahora 5 sillones odontológicos y todo el instrumental que requieren estos tratamientos.

¡Gracias muy sentidas a mis queridas hermanas de Guaimaca; que el Señor mantenga su ardor misionero!

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