Una presencia, múltiples proyectos solidarios

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 GUAIMACA - HONDURAS

 - La solidaridad de los benefactores hizo posible que estableciésemos el Centro Marie Poussepin (CMP) -

  

Guaimaca (Honduras), Equipo de proyectos solidarios.- Fue el huracán Mitch en 1998, con sus secuelas de devastación en Honduras, y la petición del cardenal Sean O’Malley, entonces obispo de Fall River, Massachusetts, de formar parte de un equipo diocesano, que como provincia de Estados Unidos leímos la apremiante llamada del Señor. El papa Juan Pablo II había hecho un llamamiento en el Sínodo de los obispos de América, a la cooperación de las Iglesias del Norte y del Sur. 

Taller de salud en el CMPTaller de salud en el CMP

ORÍGENES

Así fue como Hna. María Ceballos en 2001, y posteriormente otras hermanas, nos sumamos al equipo diocesano, para atender las urgencias de la población, con el apoyo y participación de miembros de las parroquias y estudiantes universitarios de la diócesis. Como enfermera, Hna. María, empezó a ofrecer cuidados de salud en un salón de la parroquia. Pronto vio la necesidad de la educación de las jóvenes de las aldeas que no tenían sino escuela primaria. En 2004 nos establecimos como una comunidad en la población de Guaimaca.

Educación integral y promoción de jóvenes campesinas

La solidaridad de los benefactores hizo posible que estableciésemos el Centro Marie Poussepin (CMP) donde las chicas pudiesen vivir e ir al Instituto de la ciudad. Así, las jóvenes que terminaban sus estudios de escuela elemental podían continuar sus estudios de secundaria. A partir de 2007, gracias a que adoptamos el sistema IHER (Instituto Hondureño de Educación por Radio), ellas reciben toda la enseñanza académica, pueden graduarse como bachilleres y aspirar a estudios universitarios. Una formación católica fundamentada en valores y su capacitación en habilidades sociales y técnicas mediante talleres especializados, las prepara también para ser multiplicadoras de lo que reciben, en sus propias aldeas.

 

Cuidados de salud

Lo que iniciamos como un sencillo dispensario en las dependencias de la parroquia, está operando desde marzo de 2016 como centro de salud, en un local propio. Empezamos trasladando allí los servicios médicos y ahora se está ampliando, para poder ofrecer servicios dentales. Actualmente ofrecemos servicios primarios de salud, odontología y medicina alternativa. También coordinamos las Brigadas Médicas y Odontológicas que vienen de Estados Unidos para prestarnos su colaboración.

Trabajo con laicos

Una de las características más singulares y ricas de nuestra experiencia misionera en Honduras, y que ha hecho posible el servicio que brindamos, ha sido desde el principio, la presencia de laicos de las parroquias y universidades del Estado de Massachusetts, que luego se extendió a otros voluntarios católicos y de otras religiones, con quienes hemos trabajado, codo a codo. Ellos han aportado financiamiento, asesoría y trabajo especializado según sus talentos y preparación, durante períodos largos o cortos de tiempo. Por varios años hemos contado con el apoyo y colaboración de profesionales hondureños y últimamente con el apoyo y asesoría de UNITEC, una universidad técnica de Honduras. Desde sus comienzos, el Centro Marie Poussepin funciona con voluntarios, tanto hondureños como de Estados Unidos y desde 2012 participa con nosotras un grupo de Laicos Asociados Hondureños.

 
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Promoción humana en la Finca Nazareth

Uno de nuestros colaboradores laicos intuyó la necesidad de asegurar la continuidad de la obra iniciada y donó una finca con una extensión de 8.4 hectáreas para agricultura y 91.7 hectáreas de bosque. Poco a poco, y gracias a la financiación de pequeños proyectos, hemos hecho cultivable ecológicamente, buena parte del suelo: se ha sembrado caoba, árboles frutales, plantas medicinales, café y plátano y últimamente, mediante la construcción de casas-malla (invernaderos), podemos cultivar más efectivamente el pimentón, el fríjol y el tomate.

Además de proveer de plantas medicinales al dispensario y brindar productos para la alimentación de las jóvenes, la finca asegura un recurso económico muy importante para el Centro, es fuente de trabajo para hombres y mujeres con familias numerosas y se ha convertido en un incentivo para nuestros vecinos, que ahora se animan a cultivar sus tierras. Las labores agrícolas en la finca hacen parte de la formación de nuestras alumnas y dan oportunidad a sus padres de colaborar activamente con el Centro.

La comunidad de Guaimaca, hoy

Nuestra comunidad, compuesta por siete hermanas, goza de la riqueza de la internacionalidad y del hecho de tener desde 2014, una prolongación en la casa de formación en Tegucigalpa, la capital. Nosotras y las jóvenes en formación estamos insertas en la parroquia y aseguramos una presencia pastoral en varias aldeas. 

Unas y otras nos sentimos viviendo el Carisma de Marie Poussepin, a través de un trabajo liberador de la ignorancia con todas sus secuelas; un trabajo sanador del cuerpo y del espíritu; un trabajo redentor que abre perspectivas de realización a las personas y a las familias. En esta triple misión, los protagonistas son los mismos beneficiarios. Con ellos y para ellos vamos abriendo caminos en los que Dios nos sale siempre al encuentro, y nos hace experimentar diariamente su Providencia Divina.

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