los que se atreven a clavar su pupila sin temor a quedar ciegos”.
Marie Poussepin fue la mujer sencilla y audaz; humilde, enérgica y tiernamente bondadosa, que vivió oculta entre el follaje espeso de la vida, buscando la sombra y huyendo a ser mirada, en su diario quehacer, escapando a la fuerza, de la soberbia, de la apariencia y la mentira vana. Sobre la roca de la fe, cimentó su espíritu y abrió su camino, entre las dificultades que el mundo le brindara. Recogió con amor, la luz del Evangelio; vivió de El Señor y nadie, ni nada le impidió soñar y ascender, hasta la cumbre de sus aspiraciones.
Su idea cristaliza en firmes realidades
Esas realidades se identifican en su servicio amoroso a los pobres y menos afortunados y en la idea de compartir su solidaria compasión, fundando una congregación de mujeres, que asimilando su espíritu, fueran capaces de sacrificarlo todo, en favor de quienes no valen a los ojos del mundo porque nada tienen: la niñez abandonada, la juventud con todas las ilusiones y esperanzas, la vejez que busca con ansiedad, quien sostenga su ilusión de vivir….
Marie Poussepin, mantuvo siempre en su corazón y en su mente, EL IDEAL DE CARIDAD vivido según el mandato del Señor, y ejercitado bajo diferentes formas según las necesidades de sus hermanos.
Ella como una mujer valerosa y auténtica practicó todas las virtudes
Marie Poussepin, vivió un camino de santidad caracterizado por la honestidad y la verdad, por ello, nos animamos a seguirla… ella marcó con su espiritualidad el compás de su vida. Por ello, atraídas por sus virtudes nos animamos a imitarla porque la honestidad es esa virtud sencilla que todas las Hermanas heredamos en nuestro hogar, la Fe, la Esperanza y el Amor, fueron la fuerza cristiana y religiosa que la sostuvieron, para hacer realidad, sus sueños y proyectos.
Marie Poussepin, amo su ideal… el amor al Padre del Cielo; a Jesús, la radiosa estrella que motivó su vocación y el Espíritu Divino que la fortaleció con sus dones y carismas la llevaron a horizontes, pletóricos de luz, que ella copió en su alma y los dejo en el jardín de su Congregación, para que ellos fueran objetivo y aliento, de quienes con orgullo marchamos tras sus huellas.
Marie Poussepin tu vives entre nosotras. En nuestros colegios, clínicas, hospitales, universidades, casas de formación, centros de Pastoral, Casas Provinciales, etc. te admiran y veneran esperando verte ascender a los altares, como santa y humilde: SERVIDORA DEL SEÑOR.