Panamá, 09/12/2021, Hna. Rosemery Castañeda Montoya.- Sínodo sobre la Sinodalidad, palabras nuevas que no estábamos acostumbrados a escuchar y sin embargo son las que van a marcar el ritmo de nuestra Iglesia en estos dos años que siguen (2021- a octubre de 2023-). Es todo un “acontecimiento eclesial”.
“Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación, Misión”. La Iglesia entera está llamada a confrontarse con el peso de una cultura impregnada de clericalismo y de formas de ejercicio de la autoridad en las que se insertan los diversos tipos de abuso (de poder, económicos, de conciencia, sexuales). Es impensable “una conversión del accionar eclesial sin la participación activa de todos los integrantes del Pueblo de Dios”.
Y a pesar de nuestras infidelidades, el Espíritu continúa actuando en la historia y mostrando su potencia vivificante. Es un motivo de gran esperanza que no pocas Iglesias hayan ya comenzado a organizar encuentros y procesos de consulta al Pueblo de Dios, más o menos estructurados.
La sinodalidad, nos coloca a todos en una dinámica horizontal, donde la jerarquía pasa a otro plano, para dar paso al encuentro de cada uno con el otro, según su rol o ministerio.
El 17 de octubre, cuando el Arzobispo Metropolitano, Mons. José Domingo Ulloa Mendieta, dio por inaugurado el Sínodo en Panamá, la Iglesia que peregrina en nuestro país se comprometió con alegría, fe y confianza a trabajar para “escuchar” al otro, al que está dentro de la Iglesia y al que está fuera; al que es igual y al diferente; al creyente y al no creyente. La hermosa Eucaristía que dio inicio al Sínodo en Panamá, se celebró en la Parroquia Cristo Redentor, ubicada en San Miguelito. Fue allí, hace más de cuarenta y cinco años donde nacieron las primeras Comunidades Eclesiales de Base y se pusieron en marcha las resoluciones del Concilio Vaticano II en nuestra tierra panameña y las conclusiones del Documento de Medellín.
Metodología para el proceso sinodal en nuestra Arquidiócesis.
¿Cómo se realiza hoy en nuestra Iglesia el “caminar juntos” en la sinodalidad? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos”? ¿Qué aspectos de la conversión sinodal, nos invita el Espíritu Santo a realizar en nuestra Iglesia Arquidiocesana? ¿En la Iglesia y en la sociedad estamos en el mismo camino uno al lado del otro? En la Iglesia panameña, ¿Quiénes son los compañeros de viaje, considerando también los que están fuera del perímetro eclesial?
- ¿A quién consultar?
De acuerdo con la propuesta sinodal, la Iglesia particular debe asegurar la mayor participación posible del Pueblo de Dios, por lo que la estructura pastoral Arquidiocesana nos permitirá realizar esta experiencia, abarcando todas las realidades pastorales, desde las Vicarías Episcopales de Zona, las Delegaciones Pastorales y la Curia Arquidiocesana, hasta las realidades parroquiales, sin olvidar la importancia de establecer acciones de escucha y diálogo con quienes están por fuera de dichos grupos.
Desde el 18 octubre hasta diciembre, en esta primera fase, llamada de “escucha, que es y será la ruta espiritual en este camino sinodal, buscamos, como iglesia peregrina, tomar una genuina actitud de escucha en el pueblo y con el pueblo de Dios. Una escucha evangélica que nos abra a nuevos horizontes para actuar al estilo de Jesús y actuar con el ejemplo de María Virgen. Expresar lo que queremos, lo que soñamos, lo que esperamos, reconocer los signos y aprender a escuchar al Espíritu Santo.
Nos hemos propuestos jornadas que favorezcan el “caminar juntos”, realizar una Lectio Divina que nos ayude a escuchar más profundamente la voz del Espíritu para estas búsquedas de conversión pastoral, mejorar la calidad del diálogo, discernir sobre otras preguntas que toquen los intereses de nuestro pueblo, fortalecer la conversión de actitudes y habilidades y animar el sentido de conexión entre nosotros y con la gente de las parroquias.
- Hemos convocado a sacerdotes, religiosas, diáconos permanentes y las iglesias que forman la comunidad ecuménica.
- Delegados de la Palabra, CEB, catequistas y animadores de las zonas misioneras
- Coordinadores de los distintos movimientos apostólicos, ministerios laicales
- Parejas, jóvenes, niños, establecimientos educativos, hospitales y centros de salud.
- Asilos, hogares, centros infantiles, etc.
- Procesos para formar grupos sinodales por Vicarías y por Parroquias.
De diciembre a marzo, estaremos llegando a otras realidades: el Sínodo insiste en la importancia de ir a las periferias, e ir también a los alejados, por lo cual incluiremos dentro de nuestra consulta sinodal las siguientes realidades: parlamentarios, empresarios, “Conversemos de Ciudad”, colectivo LGTBI, Libertad Religiosa Local, habitantes en situación de calle, grupo de mujeres en situación de prostitución, desplazados intra-urbanos, nacionales, migrantes en panamá, muchos otros grupos sociales.
Confiamos que los laicos, los religiosos, las personas consagradas y los pastores de nuestra Iglesia panameña, vivamos con entusiasmo este camino sinodal, comprometiéndonos todos en su realización.