Una experiencia comunitaria de la fidelidad del Señor

on 14 Sep, 2024
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Bucaramanga (Colombia), 14/09/2024, Hna. Adelaida Alba Botello.- La reestructuración ha traído consigo la vivencia de la sinodalidad en la disposición para caminar juntas como nueva provincia Nuestra Señora de la Presentación. Es por esto que se vivió una celebración muy particular de la fidelidad del Señor para seis hermanas que cumplían sus 60 años de consagración, cinco hermanas de 25 años y en la primavera de su vida, la consagración religiosa de la novicia Yenny Paola Flórez Álvarez.

La capilla de la Santísima Trinidad en la Turena, estaba bellamente preparada para el momento, el tono festivo del ambiente se sentía en los saludos que se entrelazaban entre las Hermanas, familiares y las festejadas. El coro afinaba las notas de las voces y de los instrumentos, mientras la capilla va siendo ocupada en su totalidad. Se da inicio a la procesión presidida por el estandarte y luego el cortejo de Hermanas con sus luces encendidas, primero 60, luego 25, la novicia, Hna. María Elizabeth Caicedo, priora provincial y el Padre Segundo Antonio Anacona, predicador del retiro y que será quien preside la Eucaristía. Las voces del canto de entrada ponen su acento en el motivo de la fiesta, agradecer y celebrar el amor del Señor.

La llamada de Hna. María Elizabeth a la novicia Yenny Paola y su respuesta “Aquí estoy, Señor, Tú me has llamado” es profundizada en la homilía en la que el Padre Segundo retoma desde la liturgia de la Palabra, la invitación del Señor “ven y lo verás”, experiencia comunitaria de seguimiento como discípulos del único Maestro, en su escuela de humildad. Camino de desierto recorrido en diversas etapas y experiencias significativas de las hermanas que celebran. El “Suscipe” recoge la consagración y renovación hecha por las Hermanas, quienes seguidamente presentan las ofrendas ante el altar: rosas, vasija de barro, pan y vino. La solemnidad de esta celebración culmina con el canto del Magníficat.

Los corredores de la Turena son testigos de la alegría en los abrazos de felicitación, las fotos, el diálogo fraterno y el brindis, momento para levantar la copa y reconocer que Dios es siempre fiel. La música y el baile dan continuidad a esta fiesta de familia. Por último, se comparte con sencillez la mesa fraterna, momento para disfrutar la cercanía de Dios en quienes han ido acompañando de diversas formas este caminar. 

Esta experiencia vivida deja en nosotras un hondo sabor de fraternidad. La delicadeza de cada detalle, de los mensajes y regalos recibidos, la entrega de las hermanas que prepararon la ceremonia y celebración, es decir, todo lo vivido es signo del ciento por uno prometido por el Señor y hecho vida en la Comunidad. Gratitud infinita a la Provincia por propiciar estos lindos momentos de familia.