Medios de Comunicación - “Estaremos presentes allí donde la Iglesia nos llame y donde nuestros hermanos nos necesiten… prontas a vivir los riesgos que la evangelización implica” (C 84)

 

“Estaremos presentes allí donde la Iglesia nos llame y donde nuestros hermanos nos necesiten… prontas a vivir los riesgos que la evangelización implica” (C 84)

 

En el contexto de la pandemia es imposible negar la gran importancia que los Medios de Comunicación Social (MCS) han adquirido en nuestras vidas; éstos se han transformado en una forma efectiva de interacción, de contacto y de relación, pues es a través de ellos que encontramos un espacio real, válido y oportuno para mantener viva la comunicación entre personas, para nutrirla y favorecer nuevas formas que abren el horizonte de las comunicaciones humanas.

Durante este tiempo hemos podido reconocer que los MCS son lugar clave de evangelización; no se trata de crear páginas web o redes sociales, sino de comprender que éstas son espacios, en donde la Palabra adquiere un rol fundamental, la verdad se prioriza, las voces se hacen oír y la vida comienza a tejerse desde otras dimensiones. Desde esta perspectiva, hoy estamos llamadas a preguntarnos de qué manera tenemos que hacer presencia en estos nuevos lugares de misión, puesto que “estaremos presentes allí donde la Iglesia nos llame y donde nuestros hermanos nos necesiten”.

El 55° Capítulo General nos invita “Hacer de los MCS plataformas para el anuncio del Evangelio” por tanto, asumimos este envío desde la convicción de que más allá de los peligros que pueda representar este nuevo espacio de misión, tenemos que abrazar con esperanza esta nueva posibilidad de anunciar el Evangelio, pues es en estos espacios en donde se encuentran multitudinariamente las personas, especialmente los jóvenes.  Privarnos de esta posibilidad, sería negar la verdad fehaciente del tejido social que nace en las redes virtuales.

Es necesario buscar pistas de acción que nos lleven por el camino más sensato, allí donde nos encontramos, respetando las culturas y lenguajes que vamos descubriendo en medio de nuestros hermanos. Perdiendo el miedo a estas nuevas tecnologías que más allá de ser una amenaza son una oportunidad.

La forma de vivir nos ha cambiado sorpresivamente, a veces, hasta violentamente, pero con valentía, audacia y prudencia seremos capaces de responder con la novedad de Dios que se expresa creativamente en nosotras, a las nuevas formas de comunicación. Debemos estar abiertas a estos cambios y afrontarlos con esperanza, así podremos hablar, caminar y narrar la historia, porque como nos ha dicho el Papa Francisco en el 54° mensaje para el día de las comunicaciones sociales: “necesitamos respirar la verdad de las buenas historias: historias que construyan, no que destruyan; historias que ayuden a reencontrar las raíces y la fuerza para avanzar juntos. En medio de la confusión de las voces y de los mensajes que nos rodean, necesitamos una narración humana, que nos hable de nosotros y de la belleza que poseemos. Una narración que sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un tejido vivo; que revele el entretejido de los hilos con los que estamos unidos unos con otros”.

Texto: Equipo de Medios de Comunicación Social de la viceprovincia de Aconcagua

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