Caracas (Venezuela), HNA. NÍCIDA AMPARO DÍAZ LEAL, 12 de diciembre 2021.- ¿Qué debemos hacer?
Lc 3, 10-18
10 "La gente le preguntaba: «Pues ¿qué debemos hacer?» 11Y él les respondía: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo.» 12 Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?» 13Él les dijo: «No exijáis más de lo que os está fijado.» 14Preguntaronle también unos soldados: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?» Él les dijo: «No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra soldada.» 15Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; 16 respondió Juan a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 17En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se apaga.» 18Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva."
ESTUDIO DEL TEXTO
¿Qué tenemos que hacer hermano? Convertirse a sus hermanos/as.
Una de las enseñanzas fundamentales de la primera catequesis cristiana es la exigencia de conversión. Este hecho es lógico si se tiene en cuenta que ésa fue la exhortación primera de Jesús al anunciar el cumplimiento del tiempo de salvación y la cercanía del Reino de Dios (Mc 1,14-15). La conversión en el Nuevo Testamento asume ciertamente rasgos que encontramos en el Antiguo. Su punto de partida es la exigencia profética de cambio de vida como transformación interior y completa de cada persona.
En este texto de Lucas, la conversión es el marco fundamental en el mensaje de Juan el Bautista. Su apelación al cambio de vida va en continuidad con los profetas, aunque Juan le pone matices particulares que lo distinguen, sin embargo, mantiene el tono grave y conmovedor. La apelación se distingue en que es una llamada universal: afecta a los pecadores (Lc 3, 12-13); paganos (Lc 3, 14); judíos (Mt 3,8-9; Lc 3,9). Es una exhortación urgente, ya que la llegada del Reino está cerca y el juicio es inminente. No hay tiempo que perder, es la última oportunidad para convertirnos a Dios. Ya está listo el bieldo para recoger el trigo y quemar la paja en el fuego que no se acaba…
Para Juan, pertenecer al pueblo de Israel, no es garantía de la salvación que Dios ofrece, por eso es importante entrar en el camino de conversión (Mt 3,8 ss.; Lc 3,7 ss.) y salir al encuentro del Aquel que viene, la conversión es ya, no hay tiempo que perder, es la última oportunidad para convertirse a Dios. Juan propone la conversión como condición para la reconciliación con Dios, y como vía de retorno a la alianza. En este sentido la conversión es condición para la salvación. Convertirse significa, volver hacia atrás, retornar a la alianza, para alcanzar el perdón de Dios tras la infidelidad y el pecado. La motivación al cambio es recuperar la predilección de Dios.
(v.10-14) ¿…Qué debemos hacer?
La predicación de Juan impacta de tal manera a la gente que comienzan a preguntarle ¿nosotros qué debemos hacer?
Juan no pierde ocasión para proponer la conversión como cambio total y radical de vida. Una oportunidad para volver a Dios en fidelidad a su Alianza. En definitiva, Juan ayuda a que cada persona en su situación de ruptura con Dios reestructure la relación con sus hermanos/as; a cada uno según su condición, le señala actitudes que se convierten en imperativos para todos: la solidaridad con las personas más necesitadas, compartir con los más pobres, no dejarse contagiar por la corrupción reinante, no extorsionar ni chantajear a nadie, no violentar aprovechándose de los cargos de poder que se puedan detentar en los diferentes ámbitos de la vida social y religiosa. Una vez restructurada su relación con los demás la persona estará capacitada para vivir en Dios que es ya la salvación.
(v. 15-18) La gente esperaba a Aquel que habían anunciado los profetas, por tanto, se preguntaban, si Juan era el Cristo. Juan responde que no es él, y aprovecha para anunciar a Aquel que es Buena Nueva; la mejor actitud será la receptividad que tengamos para poder creer en Él y creerle a Él. Esto exige conversión sin pérdida de tiempo, porque es un Kairos, momento oportuno y decisivo para el establecimiento de una Nueva y definitiva Alianza entre Dios y cada persona que escucha y acoge su mensaje. Por eso tiene carácter de urgencia. ¡No hay tiempo que perder!
MEDITACIÓN
¿Qué debemos que hacer hermanas?
En el marco de los 325 años de existencia de la Congregación, y de los 800 años del nacimiento al cielo de Santo Domingo será Buena Noticia para todas, si nos hacemos la pregunta ¿Qué debemos que hacer hermanas? Para ser dignas hijas de Marie Poussepin que conocen y anuncian a Jesucristo.
Lo primero: Dar el paso de Dourdan a Sainville como proceso de conversión que es ya la inquietud de Santo Domingo en su predicación y que Marie Poussepin la acoge como dinámica de su vida interior que la irá llevando por los caminos que Dios le va inspirando hasta llegar a ver lo que es recto y buenos a sus ojos. Evidencia de su conversión es la decisión de ser fiel a la Voluntad de Dios permaneciendo y su Proyecto. Se hace solidaria y comparte su vida a con los más pobres de su tiempo, practica la justicia social con los estudiantes en la fábrica de medias, construye una comunidad para vivir la fraternidad y la Caridad regulada por la de Jesús que a la vez se convierte en alternativa de esperanza ante un mundo marcado por la guerra, la ignorancia, la enfermedad y la miseria, un mundo fracturado y herido.
¿Qué debemos hacer hermanas? Disponer nuestra disponibilidad para dar testimonio en comunidad fraterna del amor de Dios y dar cuenta de la esperanza que habita en nosotras de un mundo más fraterno y más humano.
Ante la realidad que vivimos estamos llamadas a convertirnos a la Caridad fraterna como único camino de reconstrucción, perdón y reconciliación en un mundo herido por la pandemia y por las distintas actitudes que han salido a flote haciendo más profundo el dolor y el sufrimiento. Vivir la Justicia, la Paz y el cuidado de la creación como estilo de vida y testimonio de nuestro compromiso con la casa común.
Nuestro compromiso con la Buena Noticia del Reino de Dios será sostenido por el testimonio y coherencia de una vida que esté marcada por la sencillez, el trabajo y la pobreza, esta experiencia hará creíble nuestra consagración y será motivo de asombro y llamada para quienes aún no se deciden seguir a Jesucristo en radicalidad.
ORACIÓN
Padre enteramente bueno y misericordioso, te pedimos en esta hora de Gracia que nos des el don de la conversión al amor de mis hermanas/os, como único camino de encuentro contigo. Haznos dóciles al impulso de tu Espíritu para arriesgarnos, venciendo el miedo y optando por la reconstrucción de nuestra vida, nuestra comunidad y nuestra Congregación y así ir entregando nuestra vida en la escucha, caminando juntas/os y conservando tu presencia en nuestras vidas.
Danos poder comprender que si no nos convertimos a nuestras/os hermanas/os tampoco nos convertiremos a Ti y perdemos la oportunidad que nos das de volver a Ti, Señor y dador de vida plena.
CONTEMPLACIÓN
Como los discípulos de Juan nos damos la oportunidad de desaprender todas aquellas actitudes y situaciones que condicionan y fracturan nuestra relación con las hermanas y hermanos que comparten nuestra vida y misión y por tanto fracturan nuestra relación con Dios.
Desaprender para aprender una nueva manera de ser y estar con Dios, con nuestras/os hermanas/os, con nosotras mismas y con toda la creación.