Bogotá (Colombia), Hna. Ana Francisca Vergara Abril, 15 de diciembre 2024.- Este Adviento hagamos camino con las imágenes que los salmos de los cuatro domingos nos ofrecen.
Is 12,2-6
¡Salvación! Es el nombre de nuestro Dios. Es la traducción del nombre de Jesús, de Yeoshua: el Señor Salva. Un salvador es aquel que esperamos con ansia en los momentos críticos de nuestra existencia y de nuestro pueblo; un salvador es aquel que está presente en el instante en que todo se torna obscuro y confuso. Un salvador es aquel en quien confiamos, a quien invocamos porque realiza proezas en nuestro favor.
Este tercer domingo de adviento, llamado domingo de gaudete o laetare, de la alegría, nos invita a alegrarnos porque ese salvador tan esperado ya está actuando en nuestro favor. Él es nuestra fuerza y nuestro poder. Los creyentes somos personas que manifiestan la alegría de creer; la alegría y el gozo de ser cristianos se exterioriza en nuestra manera de vivir y de situarnos en el mundo con optimismo sensato. Es decir, sin negar la realidad, que puede ser muchas veces nefasta, el cristiano descubre en ella la presencia de Dios salvador porque la esperanza y la confianza lo habitan.
No somos negacionistas de las duras realidades de nuestro pueblo, pero esperamos en el Señor porque sabemos que sus hazañas son palpables y que Él se vale de múltiples detalles para decirnos: ¡No temas aquí estoy yo para salvarte!
Preguntémonos: ¿Descubro la salvación del Señor en los acontecimientos? ¿me alegro en Dios mi salvador?
Bendecida semana de la alegría cristiana.