Lectio Divina: Segundo Domingo de Pascua. Ciclo B

on 04 Abr, 2024
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Songkoy (Filipinas), Hna. Diana Constanza Ramírez Cortés, 07 de abril 2024.- Y la misericordia vino a su encuentro.

ORACIÓN INICIAL

Padre Misericordioso, abiertos a tu gracia, te pedimos que el Espíritu prometido y enviado por Jesús Resucitado abra nuestros corazones e introduzca en nuestro interior tu Palabra que es fuente de la vida y la misión cristiana. Que sepamos comprender que meditarla es encontrarnos con la Persona de tu Hijo Vivo, que quiere enseñarnos el Camino, la Verdad y la Vida que debemos creer, amar, seguir y predicar. Amén.

EVANGELIO

Jn 20, 19 - 31.

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: - Paz a vosotros. Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.       
Jesús repitió: - Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: - Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: - Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: - Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.     
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: - Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: -Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Contestó Tomás: - ¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo: - ¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto.    
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

ESTUDIO: ¿Qué dice el texto?

Algunos apuntes importantes para comprender y profundizar mejor el Evangelio.

 El Señor Resucitado cumple sus promesas: De regresar a sus discípulos (Jn 14, 18; 28) y de entregarles el Consolador, el Espíritu que el Padre les envía (Jn 14, 26).

  • La situación de los discípulos encerrados por miedo a los judíos refleja la actitud de la comunidad joánica, que temerosa ante un mundo enemigo y perseguidor, vive la tentación de refugiarse en su propio círculo. Jesús, sin embargo, los envía al mundo para que sean testigos suyos y del Padre. 
  • Paz: En hebreo “Shalom” y en griego “Eirênê” no designa sólo la ausencia de guerra o una vida sin angustia ni preocupaciones. Designa sobre todo el conjunto de bienes que constituyen la felicidad completa del ser humano: Bienestar, salud, armonía, calma y tranquilidad interior que aun en momentos de conflicto o miedo, conservan al ser humano en un estado de apertura a la acción de Dios. (Cfr. Jn 14, 27) 
  • Espíritu: Alude al propio Dios en cuanto se revela como fuerza, sabiduría, gloria y santidad. Es, en este pasaje del Evangelio, una promesa cumplida y una nueva vida espiritual que reciben los apóstoles. (Cfr. Jn 20, 22. Gn 2,7). 
  • Creer/tener fe: Según la Biblia, la fe no consiste sólo en aceptar una verdad religiosa de la que no tenemos experiencia sensible. La fe bíblica está íntimamente relacionada con la confianza. (Rom 4, 13-25). Tiene fe el que desconfía de sí mismo y se fía sin reservas de Dios. Jesucristo exige la fe/confianza como requisito indispensable para la Salvación. 
  • Signos: Orientan hacia el significado correcto de los milagros. No se trata de destacar lo extraordinario de los acontecimientos, sino de ver la señal de la Presencia Salvadora y misericordiosa de Dios en medio de su Pueblo. 
  • Las exigencias de Tomás muestran que su proceso de fe fue excepcional. El testimonio de palabra de su comunidad no fue suficiente para creer, necesitó de un encuentro personal e íntimo con Jesús. Sin embargo, en su encuentro con el Resucitado escucha la bienaventuranza de “quienes creen sin haber visto” (Jn 20, 29), es decir, de aquellos que abrazarán la fe por la predicación de los apóstoles.
  • La finalidad del Evangelista: fue llevar a la fe en Jesús, descubriendo los signos de su mesianidad y divinidad. La consecuencia de tal descubrimiento y de la aceptación es: la vida eterna.

MEDITACIÓN: ¿Qué nos dice Dios? 

Cuando Jesús se presentó a los discípulos les mostró las manos y el costado, y los discípulos se llenaron de alegría porque reconocieron, por esas señales, al mismo Jesús que había sido crucificado, a su Maestro. Pero, preguntémonos: ¿Por qué Jesús Resucitado sólo conserva y muestra las heridas de sus manos, pies y de su costado abierto? ¿En dónde quedaron las marcas de la corona de espinas, de los flagelos y de sus tres caídas? La respuesta es: Misericordia.

Jesús conserva y muestra solamente las heridas que revelan la Salvación querida por Dios para la humanidad. Aquellas heridas que muestran su opción de entregar libremente su vida por nosotros (Cfr. Jn 10,18) y, por el contrario, redime, sana y borra para siempre las heridas que fueron causadas por la ignorancia, la terquedad, el egoísmo, el ansia de poder, el miedo y la incredulidad de los hombres de su época. Jesús les mostró y nos muestra hoy, las heridas de nuestra Salvación y nos perdona para siempre, las heridas que le hemos causado por nuestro pecado. ¡Qué gran noticia!

Esta experiencia de total perdón y redención se celebra en los dos encuentros que tuvo el Resucitado con los discípulos y de manera especial con Tomás. Esta misericordia que nace de las entrañas de Nuestro Dios, es el corazón palpable del encuentro personal con Jesús; misericordia que es la entrega del regalo de la Salvación para aquellos discípulos que lo habían abandonado y regalo que es también para nosotros, hijos de Dios vulnerables; misericordia que es capaz de devolver la alegría del seguimiento y la radicalidad de la apuesta por el Reinado de Dios, a tal punto de hacernos exclamar: “Señor mío y Dios mío” y así, abrir paso a nuestra Transformación.

 ¿Cuántas veces en nuestra vida, experimentamos que esta misericordia ha sido bálsamo para nuestras heridas y motivación para reemprender la misión que se nos ha sido confiada? La incredulidad de Tomás manifestada ante la predicación de sus hermanos de comunidad es la misma incredulidad de muchos de nosotros que llenos de miedo a lo extraordinario de Dios, a lo desconocido, a lo nuevo, a lo diferente, nos obstinamos en creer que el Resucitado no cumple sus promesas. Pero… ÉL VIENE A NUESTRO ENCUENTRO y transforma nuestra incredulidad en experiencia significativa de fe. No nos condena, no nos reprocha, no nos hace ningún tipo de reclamos. Tan sólo quiere responder a nuestra necesidad de tocar sus heridas y de meter nuestra mano en su costado. Jesús viene a nuestro encuentro y tenerlo ante nosotros disipa las tinieblas de nuestros miedos, nos lanza con fuerza a la misión y nos hace cree con plena certeza en la Vida Eterna.

¡LA MISERICORDIA VIENE A NUESTRO ENCUENTRO A CADA MOMENTO! 

Y nosotros… ¿Nos dejamos encontrar por el Resucitado sin ocultar nuestra vulnerabilidad, conscientes de la importancia de la comunidad (Sinodalidad) y de la necesidad que tenemos de ser transformados?

ORACIÓN

 ¿Qué le decimos a Dios inspirados en su mensaje?

Señor, cuando nos sentimos convocados con otros e impulsados por un mismo Espíritu a ser testigos de tu Vida Resucitada, podemos fácilmente reconocer tu presencia en medio de nosotros sacudiendo nuestros miedos y regalándonos tu Paz. Hoy, con Tomás te decimos “Señor mío y Dios mío”, danos el coraje de anunciar el mensaje de la Misericordia que es el mensaje de nuestra Salvación no sólo con Palabras sino con la coherencia de quien vive con las puertas abiertas. Inspíranos signos concretos para revelarte, objetividad para vivir el Reino en el ya de nuestra Historia como experiencia de la Vida Eterna que gozamos cuando resucitamos contigo. Gracias por tu perdón que borra las heridas que te hacemos con nuestros pecados y haznos Señor, profetas de Misericordia en el mundo sufriente de hoy.  Amén.

CONTEMPLACIÓN: ¿A qué nos comprometemos?

Después de encontrarnos con Jesús Resucitado, de haber recibido su Paz y de tomar conciencia del Espíritu que recibimos en nuestro Bautismo, el compromiso que haremos es y será…

Cumplir la misión de: Pasar por el mundo haciendo el bien (Hch 10,38), amando a todos con acciones concretas de misericordia. (Mt 25,35-40).

*(Revisa las citas bíblicas que te ayudan a saber… cómo puedes llevarla a cabo)

¡Dios con nosotros!