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Nagpur (India), Sr. Anula Irvin Suguna OP, 21 de abril 2024.- La voz del pastor. El cuarto domingo de Pascua es llamado el Domingo del Buen Pastor o Domingo de las Vocaciones. Este año se cumple el 61º aniversario de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Al mismo tiempo que valora todas las vocaciones, la Iglesia concentra su atención en formar pastores para el pueblo de Dios. La Iglesia también anima a todos los que están discerniendo su vocación a orar más fervientemente para poder escuchar y responder al llamado de Dios.
EVANGELIO
Juan 10, 11-18
11Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 No así el asalariado, que no es el pastor ni las ovejas son suyas. Cuando ve venir al lobo, huye abandonando las ovejas, y el lobo las agarra y las dispersa.13 A él sólo le interesa su salario y no le importan nada las ovejas.14 Yo soy el Buen Pastor y conozco a los míos como los míos me conocen a mí, 15 lo mismo que el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Y yo doy mi vida por las ovejas. 16 Tengo otras ovejas que no son de este corral. A esas también las llevaré; escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño con un solo pastor. 17 El Padre me ama porque yo doy mi vida para retomarla de nuevo. 18 Nadie me la quita, sino que yo mismo la entrego. En mis manos está el entregarla y el recobrarla: éste es el mandato que recibí de mi Padre.
ESTUDIO DEL TEXTO: Jn 10,11-18
La imagen de Jesús como el Buen Pastor es una de las imágenes especialmente llamativas de Juan que trae consigo un sentimiento de calidez, gentileza e irradia seguridad y protección.
- “Yo soy (Ego eimi) el buen (kalos) pastor” (v. 11a). Ego eimi puede entenderse como el lenguaje que se remonta al encuentro de Moisés con Dios (Éxodo 3,14). Se refiere al nombre de Dios o a Dios mismo. Cuando Jesús se aplica YO SOY a sí mismo, se está identificando sutilmente con Dios y hay muchos YO SOY en el Evangelio de Juan. Esta declaración de ego eimi nos dice que Jesús es quien puede satisfacer nuestras necesidades y anhelos más profundos.
- El Antiguo Testamento utiliza la figura del pastor como metáfora de Dios (Génesis 48,15; 49,24; Salmo 23,1; 28,9; 80,1; Isaías 40,11). Dios también nombró líderes para ser pastores de Israel (Números 27,16-17; 2 Samuel 5,2; 7,7; 1 Crónicas 11,2; 17,6; Isaías 44,28). Kalos o "bueno" usado en esta frase, se refiere a una persona "que va más allá de ser buena, una persona de amor y compasión".
- Yo conozco (ginosko) a los míos como los míos me conocen” (v. 14). El buen pastor conoce (ginosko) a las ovejas y las ovejas lo conocen a él. Ginosko es más que un conocimiento superficial. Implica una relación experiencial, una relación muy significativa. Él conoce a las ovejas (a cada uno de nosotros) porque “se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14; Fil 2,6-8). Jesús conoce los suyos, porque ha vivido en nuestra piel y ha experimentado nuestras alegrías y tristezas.
- El contexto de este pasaje: es una continuación de un conflicto con las autoridades religiosas, que comenzó en Jn 9, con el hombre ciego de nacimiento, después de que Jesús le devolvió la vista. Cuando las autoridades expulsan al hombre, Jesús lo encuentra y lo recibe como a su propia “oveja”. El hombre ciego de nacimiento recibe, no sólo la vista física sino también la visión espiritual, mientras que Jesús les dice a los poderosos oponentes que están espiritualmente ciegos. Lo ilustra con las imágenes contrastantes del verdadero pastor, quien está, por un lado; y los ladrones y bandidos que se le oponen, por el otro.
- El buen pastor da su vida. Esto nos recuerda a David, el pastorcillo que mató un león y un oso en defensa de sus ovejas (1 Samuel 17,35-36). Esta frase se repite cinco veces en estos nueve versículos y sugiere una división del pasaje en tres partes.
- La primera sección distingue al buen pastor de los asalariados, que huyen cuando llega el peligro, dejando a las ovejas en peligro.
- La segunda, se centra en la identidad de la oveja, que se basa en el conocimiento mutuo con el pastor. Él conoce a los suyos (y los ama, 13,1). Y lo conocen (como en 10,4); como el hombre ciego de nacimiento, el héroe de Juan 9, llegó a conocerlo y a testificar quién era él.
- La tercera subsección del pasaje (Juan 10,17-18) atrae el amor del Padre a la imagen. La reciprocidad del conocimiento entre el Padre y el Hijo se ha reflejado en la relación entre el pastor y las ovejas.
- “Serán un solo rebaño con un solo pastor” (v. 16c). Jesús está hablando aquí de la iglesia, el pueblo de Dios. Todos somos un solo rebaño. Hoy en día, las barreras que nos separan probablemente sean nacionales, raciales, educativas, vocacionales o financieras. Semejantes barreras son inapropiadas entre los cristianos. Cristo nos llama a ser “un solo rebaño” (v. 16).
MEDITACIÓN
Es realmente fascinante ver la relación entre el pastor y las ovejas. El pastor tiene una manera de comunicarse con las ovejas, usando ciertas voces que la oveja conoce. El pastor va delante y las ovejas lo siguen escuchando su voz. La oveja no reconoce la voz del extraño. Hoy en día, existen muchas voces extrañas que nos alejan de escuchar la voz del pastor. Al vivir en el mundo digital, las voces extrañas de los medios y los dispositivos digitales parecen ser más interesantes y atractivas. Hay muchas personas que dan diferentes sugerencias sobre cómo vivir la vida.
- ¿Cómo distinguir la voz del Buen Pastor de las demás voces? La mejor manera es estar suficiente tiempo con ÉL y estar familiarizado con SU voz. También dedicar suficiente tiempo a su PALABRA, una lectura profunda, para comprenderlo a él.
- La escucha activa y la reacción son los dos elementos de la respuesta de los discípulos a la Palabra. Dado que las vocaciones genuinas han disminuido drásticamente, ¿cómo puedo ayudar a los jóvenes de nuestro tiempo a escuchar activamente la voz susurrante del Pastor?
Esta nueva vida se gana a un costo tremendo. El pastor morirá para proteger a sus ovejas. Dios está dispuesto a morir para salvar a su pueblo. Los asalariados dan la impresión de resguardo, pero carecen de guardar protección. Si el dueño de las ovejas no tiene pastor, buscará hasta encontrarlo. Si tiene un asalariado contratado, el dueño se relajará pensando que las ovejas están a salvo. El pastor asalariado no pretende ser ni un héroe, ni un villano en tiempos de peligro, pero su indiferencia probablemente resultará en la muerte de las ovejas a su cuidado.
- Aquí hay una lección para nosotros. En las cartas a las siete iglesias, Jesús advierte a la Iglesia de Laodicea: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente. Por tanto, como eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3,15-16). La indiferencia es un mal grave, porque hay vidas en juego. ¿Soy un religioso tibio o mediocre?
- Hoy en día hay buenos y malos pastores, tanto entre el clero, como entre los religiosos y los laicos. El buen pastor se preocupa por las personas a su cuidado, ya sea que estén en una diócesis, una congregación o simplemente unos pocos niños en una clase de catecismo dominical. El buen pastor busca maneras de tomar la iniciativa fielmente y defiende lo que es correcto, incluso frente a la oposición o el peligro. Los malos pastores sólo se preocupan por su propio bienestar.
El pastor lo es todo para su rebaño; su vida, su sustento y su cuidado están enteramente en sus manos, Jesús es por excelencia el Buen Pastor: Él no sólo ama, alimenta y guarda a sus ovejas, sino que también les da la vida a costa de la suya. El amor más profundo se manifiesta en el sacrificio, en morir a uno mismo para que otros puedan beneficiarse. "Por sus heridas habéis sido curados" (1 Pe 2,24).
El mundo de hoy necesita desesperadamente, líderes dispuestos a dejar de lado las ganancias egoístas para guiar a las personas hacia la verdadera felicidad. Toda vocación cristiana debe ejemplificar las características del Buen Pastor. Cada uno de nosotros debería renovar nuestro compromiso de seguir a Cristo, como lo hicimos el Domingo de Pascua. Entonces deberíamos preguntarnos: "¿Qué estoy haciendo para ejercer mi responsabilidad como líder cristiano?"
ORACIÓN
Oh, Señor, Tú eres mi Pastor, nada me falta; en verdes pastos me haces recostar, me conduces a aguas tranquilas. Me has amado tanto y tan gratuitamente, a mí que soy tan pequeño y débil. Mi dulce Pastor, ¿qué te devolveré por todo lo que me has dado? Aunque no te amo tanto como debiera, Tú aceptas mi débil amor. Dame tu amor más ardiente, así con tu gracia, te amaré, te agradaré, te serviré y cumpliré tus mandamientos. Que nunca me separe de Ti, ni en el tiempo ni en la eternidad, sino que permanezca unido a Ti en el amor, por los siglos de los siglos. Amén.