Hna. Gabriela Vergara: "La experiencia de Dios en Marie Poussepin y su abandono en la Providencia"

on 07 Feb, 2020
Visto: 3500
H. Ruth Elena Correa
DESCARGAR EN PDF:
2. ES H. Gabriela Vergara Descargar
 
Por HNA. GLADYS GABRIELA VERGARA RÍOS (Chile).- ¿Cuál es el punto de partida? ¿Cuál la experiencia fundante? ¿Qué es aquello tan profundo que marca la existencia y la vivencia espiritual en nuestra Madre fundadora Marie Poussepin…? 
 
Adentrarse en su espiritualidad es una aventura fascinante, pues nos lleva a lo más profundo de su ser como mujer, terciaria, fundadora, Apóstol Social de la Caridad por el trabajo, reconocida por la Iglesia Bienaventurada… A partir de las líneas siguientes intentaremos profundizar en estas dos dimensiones: experiencia de Dios y abandono en la Providencia, que en ella se conjugan de manera armónica constituyendo para cada Hermana de la Caridad Dominica de la Presentación de la Santísima Virgen un reto y un desafío.
 

Conservad la presencia de Dios en todas vuestras acciones…” (R.G.)
“Todo lo espera de Dios, pero también pone su confianza en aquellas que respondiendo al llamamiento del Señor la seguirán en la fe” (I.P.)

Experiencia de Dios

Para hablar de experiencia de Dios, en este primer momento detengamos la mirada en el sentido que tiene la experiencia desde lo más básico, su semántica.
Según la Real Academia de la Lengua experiencia se define como:
- Hecho de haber sentido, conocido o presenciado alguien algo;
- Práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo;
- Conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas;
- Circunstancia o acontecimiento vivido por una persona.

Esta definición nos lleva a situar la experiencia como una condición que involucra la persona en todas sus dimensiones: práctica, intelectual, cognitiva… hablar de experiencia implica involucrarnos, tomar postura, vivenciar.

Ahora, si hablamos de experiencia de Dios, ya acotamos esa vivencia, ese conocimiento, a un ser Superior, que desde la perspectiva cristiana sólo con conocerlo nos transforma: “Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo.” (DA 29). Haberlo encontrado, haber tenido la oportunidad de experimentar su presencia y actuar en nuestra vida… esa fue la experiencia de Dios en Marie Poussepin, un gran regalo, una gran oportunidad que la llevó a salir de sí, para comunicarlo a los demás.

En la Biblia, podemos encontrar muchos textos que nos hablan de experiencia, de ese conocimiento, de esa vivencia, de la práctica o acontecimiento que relaciona a la persona con Dios, conocer a Dios, este primer llamamiento lanzado al corazón del hombre no lo despliega la Biblia en un contexto de ciencia, sino en un contexto de vida. En efecto, para el semita, conocer desborda el saber humano y expresa una relación existencial. Conocer alguna cosa es tener experiencia concreta de ella (Vocabulario de Teología Bíblica. X. Léon-Dufour), (Gn 18, 19; Jr 1, 5; Rm 8, 29). En este conocer es en donde toma sentido la esencia religiosa que todo hombre y mujer posee y que lo lleva a ese deseo de trascendencia.

Un claro ejemplo de la experiencia lo encontramos en Job, quien al final del itinerario espiritual que vive, es capaz de expresarle a Dios: “He sabido de ti sólo de oídas, pero ahora mis ojos te ven (Jb 42,5). Job, ha sido capaz de experimentar su presencia, su acción, ha experimentado a Dios, lo ha conocido.

En la 1ª carta de Juan 1, 1-3 se percibe más claramente esta integralidad de todo el ser en lo que respecta a la experiencia en nuestra relación con Dios: “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó; lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y en verdad nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.” Aquí encontramos un nuevo aporte, esta experiencia de Dios nos capacita también para ser testigos, anunciadores de todo aquello que se ha experimentado, en esta realidad, de la propia experiencia de Dios en nosotras.

Ya decíamos que la experiencia de Dios en Marie Poussepin, fue un gran regalo, una oportunidad, en ella esta experiencia también se percibe como aquella profunda realidad fundante que la hace capaz de pedir a las primeras hermanas que salen de la Comunidad enviadas en misión, lo que ella vive con intensidad: “Conservad la presencia de Dios en todas vuestras acciones; y para esto habladle a menudo, hablad a menudo de Él, y renovad frecuentemente la intención de hacerlo todo por su gloria.…” (R.G.).

Conservar, atesorar, guardar, esa experiencia, esa relación, ese vínculo como aquel gran tesoro que nos sirve de soporte, de guía, en aquellas situaciones, en que no se ve tan claro el camino, conservar esa presencia de Dios, ese actuar de Dios, silencioso, misericordioso que va haciendo camino, historia de salvación con y en nosotras.

Esta experiencia se relaciona así con el abandono en la Providencia, ¿cómo no esperarlo todo de quien se convierte en sustento, en pilar fundamental de todo cuanto hacemos…? “Conservad la presencia de Dios en todas vuestras acciones” …

Abandono en la providencia

Esta dimensión Marie Poussepin la vivió como una opción y estilo de vida que recomienda a las hermanas: “Todo lo espera de Dios, pero también pone su confianza en aquellas que respondiendo al llamamiento del Señor la seguirán en la fe” (I.P.).

Este abandono y la confianza plena en Dios, la abre a la fraternidad, al valor profundo que adquiere en nuestra vida consagrada la Comunidad, ese espacio que nos permite responder al llamado de Dios y en donde entramos en relación con otras, nuestras hermanas que nos ayudan a vivir esta respuesta: “cada una necesita de las otras para ser plenamente ella misma; en esta ayuda recíproca y en la corrección fraterna encontramos apoyo para la fidelidad al Señor” (C 5).

El abandono en la providencia exige la fidelidad constante, “trabajad más y más en capacitaros; pero haced siempre mientras tanto, todo lo que podáis y pedid con instancia lo que aún no podéis. Dios no dejará de concederos todo lo que sea necesario, con tal de que os conduzcáis de manera de obtenerlo” (R.G.).

Este abandono, no se puede vivir sino desde la fe, el Papa Francisco lo recuerda al reflexionar sobre las palabras de Jesús “Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: ‘Arráncate y plántate en el mar’, y os habría obedecido”… pero nada es imposible para los que tienen fe, porque no se apoyan en sus propias fuerzas, sino en Dios, que lo puede todo (Papa Francisco, Ángelus del 6 de octubre de 2019).

Marie Poussepin vivió desde la fe su abandono total y pleno en la Providencia, su fe la llevó a querer responder en fidelidad al llamamiento que recibe de parte de Dios. Hoy nosotras somos invitadas a reencantarnos con nuestra vocación, con esta llamada a continuar la obra de la Providencia, en el ejercicio de la caridad. La gran pregunta para todas y cada una es ¿estamos dispuestas?

Tenemos el claro ejemplo de Marie Poussepin, el testimonio viviente de muchas de nuestras hermanas que silenciosamente nos siguen hablando de que esto es posible y necesario hoy. Demos el paso, sigamos avanzando, seguras de que Dios no nos deja solas, profundicemos más nuestra espiritualidad, nuestro espacio para reforzar esa única y enriquecedora experiencia con Dios que nos ama y nos llama.

PAUTA PARA LA REFLEXIÓN


A continuación, se propone una pauta de reflexión que te ayudará no solo a profundizar el tema, sino que a confrontar tu propia vida con el testimonio que encontramos en Marie Poussepin.

1. Mirando mi vida…

En un primer momento antes de leer el contenido de la ficha de reflexión te invitamos a revisar:
¿Cómo es tu experiencia de Dios? ¿qué caracteriza esa forma de encontrarte y relacionarte con Dios?
¿De qué manera nutro mi experiencia de Dios?

2. Mirando a Marie Poussepin…

Marie Poussepin vivió desde la fe su abandono total y pleno en la Providencia, su fe la llevo a querer responder en fidelidad al llamamiento que recibe de parte de Dios.
¿Cómo se expresa en mi vida este abandono en la Providencia?
¿Soy consciente que lo puedo esperar todo de Dios?
 

3. Desde la Iglesia…

El Papa Francisco en su Exhortación Apostólica sobre la santidad Gaudete et Exsultate, en el capítulo IV, propone algunas notas de la santidad en el mundo actual:

- Aguante, paciencia y mansedumbre.
- Alegría y sentido del humor.
- Audacia y fervor.
- En comunidad.
- En oración constante.

¿De qué manera se relacionan con la reflexión propuesta? ¿Qué vivencia tengo de ellas?

4. Desde la Congregación …

En el 55° Capítulo General, se nos invitó a trascender fronteras, Marie Poussepin lo hizo, fue capaz de salir de sí.
¿Qué elementos de la reflexión propuesta te dan luces en tu llamado personal a trascender fronteras? Y ¿a nivel de la comunidad local?