Perico (Cuba), 25/10/2020, Hna. Gladis Rodriguez Estepa.- Para quienes deseen conocer a la Beata Marie Poussepin, fundadora de las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen. En el marco de la celebración de los 25 años de gracia por: la Beatificación de Marie Poussepin, “Apóstol Social de la Caridad”, realizada en Roma el 20 de Noviembre de 1994, por San Juan Pablo II, reciban mi caluroso saludo.
Hago un breve recuento de la vida de Marie Poussepin 1653 -1744: Nació en Dourdan, Francia, el 14 de octubre de 1653 y el mismo día de su nacimiento fue bautizada. Crece en el seno de una familia cristiana de fe profunda, trabajo y compromiso. Su padre Claude Poussepin y su madre Julienne Fourrier eran propietarios de la fábrica de medias de seda, trabajo con el cual ganaban su sustento. De pequeña Marie Poussepin acompañaba a su madre a los servicios de caridad que había en la parroquia y allí bebió el espíritu de caridad que fue el motor de su vida.
Así “ella vio lo que era recto a los ojos de Dios y lo cumplió”, y a ejemplo de Santo Domingo, cuya devoción profesaba, hablaba con Dios, de los hombre y a los hombres hablaba de Dios. Inspirada por la Providencia, en 1696 deja su ciudad natal, Dourdan, próspera, para ir a la humilde aldea de Sainville, pequeña parcela devastada por las guerras, la miseria y la ignorancia donde encuentra viudas, huérfanos y toda clase de penurias que conmueven profundamente sus entrañas de misericordia y compasión y la llevan a fundar allí su comunidad para aliviar tanta miseria e ignorancia. Hace construir una casa, donde ella y sus hermanas puedan vivir el Evangelio.
“La piedad de las primeras atrajo a otras”. Así fue creciendo su obra, con fuertes raíces en su país natal, Francia; raíces que se extendieron por América y Asia y de ahí llegaron a Colombia, cuna de la Presentación en América, las seis primeras Hermanas francesas: Sr. Pauline, Sr. Emerence, Sr. Marie Françoise, Sr. Augustin Marie, Sr. Saint Paul y Sr. Gaetan. Llegaron al Hospital San Juan de Dios y allí ejercieron la caridad con los enfermos y en el Hospicio con los huérfanos. Su testimonio atrajo a jóvenes que quisieron consagrarse como ellas al servicio de Dios y del prójimo. Así creció la Presentación y abrió su labor a la educación en el Colegio y en las escuelas gratuitas. Así se realiza el anuncio de Jesucristo a través del ejercicio de la caridad que se hace misión de predicación.
La Congregación lleva 324 años al servicio de la Iglesia, allí donde nuestros hermanos más necesitados reclaman nuestro presencia, prestando los servicios en hospitales y centros de salud, en colegios y escuelas y en la pastoral parroquial. Estamos en 4 continentes: Europa, Asia, África y América. El Señor hoy sigue llamando mujeres que quieren consagrarse al servicio de Dios y del prójimo, para anunciar la Buena Nueva del Reino. “Llegarán días dice el Señor, en que mandaré al país el hambre, más no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra del Señor” (Amós 8,11). Marie Poussepin vivió pobremente, confiando siempre en la Providencia, por eso en su testamento escribe: “No habiéndome reservado nada, no poseo nada”. Se despoja totalmente de sí, para servir a los más necesitados de su época.
Hoy en el siglo XXI, estamos llamadas a vivir “el servicio de caridad” de tal manera que con mente y corazón abiertos, con la gracia de Dios y la protección de la Santísima Virgen María, Reina de la Presentación, podamos responder a las necesidades del hombre de hoy, hombre de las comunicaciones, de la técnica, del progreso… pero… hombre alejado de Dios, dominado por la ambición del tener y del poder. Para anunciar la Buena Noticia de Jesucristo en los servicios que prestamos desde nuestro carisma, para vivir y morir al servicio de la Iglesia en el ejercicio de la caridad, es preciso abrir nuestros corazones y acoger la gracia de Dios en este momento de la historia de la humanidad con los rasgos de familia; piedad, sencillez y trabajo.
Al conocer a Marie Poussepin y su obra, como Hermana de la Caridad, Dominica de la Presentación de la Santísima Virgen, me despido con esta frase de Marie Poussepin a sus hijas: “La humildad todo lo hace fácil”. Agradezco a Dios que me permitió llegar hasta ustedes con esta pequeña carta que les permita un acercamiento a Jesucristo y que a través de un servicio de caridad puedan consagrarse a Dios según el Carisma de Marie Poussepin. Dios derrame abundantes gracias y bendiciones en esta obra, de “SERVICIO DE LA CARIDAD” que ha sido inspirada por Él y la enriquezca con numerosas vocaciones. Con afecto fraternal.