Desde Aconcagua, dos aportaciones

on 17 Nov, 2020
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Chile, 17/11/2020.- Dos aportaciones desde Aconcagua para finalizar la celebración de los 25 años de la Beatificación de Marie Poussepin.

Un regalo muy grande de parte de Dios y de mi viceprovincia que acogí con inmenso gozo y humildad

Juana Estela Rubio Díaz .- Mi nombre es Juana Rubio Díaz, chilena. Agradecida de Dios profundamente por poder dar mi testimonio en la conmemoración de la Beatificación de Marie Poussepin que ya se cumple 25 años de este gran acontecimiento para la Congregación Dominicas de la Presentación y para la Iglesia. Recuerdo que en el Noviciado junto a mis compañeras nos tocaba plasmar a través de un álbum la vida de Marie Poussepin. Además, teníamos clase sobre la historia de la Congregación. Para mí y las demás novicias era maravilloso escuchar a nuestra maestra narrarnos la vida y obra de Marie Poussepin, así como la presencia misionera en diferentes contextos y culturas. Con alegría y entusiasmo nos transportábamos en la imaginación no sólo a Dourdan, Sanville, Janville, Roma, sino a diferentes países de Asia, África, América...

Y, el tema que no podía faltar era: cómo iba el proceso de beatificación. Éramos felices de conocer su legado y soñábamos con el momento en que se pudiera reconocer su Santidad.

Ya, siendo Hermana de votos temporales tuve la gracia de ser enviada a Queilen, Sur de Chile, para la fundación de la primera casa en el Chile insular, en la gran isla de Chiloé, donde junto a un Párroco muy misionero, tuvimos el privilegio de compartir la fe con gente acogedora y sencilla.

El cariño, generosidad y entusiasmo de la gente eran admirables. Y el día 14 de cada mes, nos juntábamos con un grupo de personas para orar, compartir la Palabra y pedir por la beatificación de Marie Pousepin. Y, cuál no sería nuestra gratitud y alegría cuando se nos informa que Nuestra Fundadora sería beatificada por el Papa Juan Pablo II. Toda la congregación se llenaba de júbilo con tan esperado acontecimiento. Y, ¡qué decir, cuando en ese mismo proceso se me comunica que yo iría a la beatificación en representación de mis Hermanas de Votos temporales! Un regalo muy grande de parte de Dios y de mi Viceprovincia que acogí con inmenso gozo y humildad.

Al ver su imagen que colgaba en el frontis de la Basílica, el corazón me latía tan fuerte que parecía se me escapaba. Sentía un orgullo y emoción muy grandes pensando en cada lugar donde esa imagen, quizás más pequeña pero no menos importante, estaba siendo venerada en ese momento.

El participar en la Eucaristía de Beatificación con personas procedentes de tantos países, culturas y presencias misioneras, me permitió experimentar la fuerza de la Caridad y la unidad de un solo Espíritu, el de Marie Poussepin.

Recuerdo también que llevaba las cartas que los niños de Queilen le escribieron al Papa Juan Pablo II; tuve la oportunidad de estar muy cerca de él y decirle que era de Chile; no sólo recibió las cartas sino que las respondió.

De Roma seguimos a Francia para visitar Dourdan, Sanville, Janville, Tours, La Grande Breteche… Mientras recorría los lugares sentía que a través de mi álbum del noviciado ya los había conocido. Pero, estar ahí era nuevamente sentir ese Espíritu de los Comienzos, donde Marie Poussepin oró y pensó en sus jóvenes y en lo que quería para ellas.

Hoy, pienso que ese viaje cambió mi percepción de la vida, de la Congregación y apenas vi a las hermanas de la Viceprovincia se los transmití y les agradecí de corazón y con mucha emoción porque entendí que para ellas no era fácil estar lejos de su país, de sus raíces, su cultura, su familia. Y que a pesar de esto eran religiosas alegres capaces de dejarlo todo para seguir el Proyecto de Dios.

Hoy nuevamente desde otra vereda como Laica, agradezco a la Congregación todo cuanto me entregó, porque soy feliz y con una espiritualidad que me permite transmitir el Evangelio a los niños de mi colegio en la Comuna de Litueche.

Gracias Hermanas por su entrega, por su fidelidad a la Iglesia, y sobre todo por hacer posible hoy en el Cono Sur, el Proyecto de Marie Poussepin “Apóstol Social de la Caridad”.

Alegre Marie Poussepin

Sandra Ximena Barahona Arenas, Misionera Presentación.- En homenaje a los 25 años de la Beatificación de nuestra fundadora Marie Poussepin, surge desde el corazón agradecido de una Laica Misionera Presentación este poema inspirador.

Alegres, todas las creaturas celestes de Dios
por el corazón generoso a Marie regalado,
que acogió el amor del altísimo cielo
para congregar la caridad en su mano.

Alegre, aquélla que en pródigos caminos
trazó rutas de entrega, vocación y misión
en campos, ciudades y parroquias sin fin
mostrando que Dios, a sus hijos, acoge.

Alegre, ella, experiencia de Dios
su vida es regalo exquisito ofrecido al mundo
en desbordante río de servicio a los demás
circundando toda la tierra que acogió su voz.

Alegre, ella que en fraternidad comunitaria
responde a la inspiración divina del Altísimo
para hablar con Dios en frecuencia diaria
llevando el diálogo con Él meditado.

Alegre, dichoso apóstol social de la caridad
misionera en cada rincón del tiempo y del espacio,
mostrando a un Dios que en misericordia acoge
el corazón humano que busca su eternidad.

Alegre, que de Dourdan a Sainville toma camino
iniciando una obra de la Providencia de Dios,
en jóvenes y niños, ancianos y enfermos, todos
encuentran una madre, hermana y testigo.

Alegre, Marie Poussepin que en legado sumo
sus hermanas son el alma de la comunidad
acogiendo la oración y el estudio constantes
para vivir la fraternidad en predicación de servicio.
 

Alegre, eres Marie, mujer sencilla y fuerte
escogida como instrumento de caridad por Dios,
para utilidad de la Parroquia que llama
al servicio de la Iglesia peregrina que convoca.

Alegre, hoy, amada madre fundadora
que en tres siglos de intuición misionera
los continentes de vocaciones surgieron
donde nuestros hermanos tu voz necesitaron.

Alegres, las hermanas y laicos misioneros
que bajo tu fiel amparo dominicano
siguen tus pasos de oración compartida
en la predicación inspirada de tu carisma.

Alegre, eres Marie Poussepin de Dourdan
vas a Sainville con la comunidad naciente,
en Janville de la Beauce para reconstituirse
y en el mundo entero, sin fin, expandirse.

Alegre, eres tú, Beata Marie Poussepin
Que te quedas en cada rincón del mundo,
Bendice nuestros pasos, bendice tu misión
Para gloria del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.