Dourdan (Francia), 28/10/2020, Hnas. Comunidad Dourdan.- El mes de octubre siempre ha tenido un sabor a “familia Presentación” porque en él celebramos la fiesta de Nuestra Madre Fundadora, Marie Poussepin. En este “Año de Gracia” por los 25 años de su Beatificación, para nuestra comunidad local, tiene un sentido muy especial dado que tenemos la bendición de vivir en su casa natal en Dourdan, Francia.
Quienes integramos la comunidad de este año 2020 ya hemos vivido nueve meses en la Casa Natal de nuestra fundadora, donde cada uno de los lugares nos hablan de su vida, de su familia, de sus vecinos, amigos, jóvenes, enfermos… de esa época, y hoy nos permite reflexionar también, sobre la realidad actual del mundo, de la iglesia, de la congregación y nuestra comunidad en Dourdan, para orar, contemplar y proyectar todo lo que nos revela esta Casa de Dourdan en la misión que la Congregación nos ha confiado. Fue aquí donde comenzó el proyecto “de la Obrera de la providencia” en la sencillez de una vida cristiana auténtica comprometida con su parroquia.
Barcelona (España), 27/10/2020, Hnas. Gemma Morató y Conchi García.- Con gran alegría les compartimos una parte de la ceremonia de beatificación de Marie Poussepin y el Ángelus de aquél histórico 20 de noviembre de 1994, cuando el papa Juan Pablo II beatificó a Marie Poussepin. Disfruten de este recuerdo.
Perico (Cuba), 25/10/2020, Hna. Gladis Rodriguez Estepa.- Para quienes deseen conocer a la Beata Marie Poussepin, fundadora de las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen. En el marco de la celebración de los 25 años de gracia por: la Beatificación de Marie Poussepin, “Apóstol Social de la Caridad”, realizada en Roma el 20 de Noviembre de 1994, por San Juan Pablo II, reciban mi caluroso saludo.
Hago un breve recuento de la vida de Marie Poussepin 1653 -1744: Nació en Dourdan, Francia, el 14 de octubre de 1653 y el mismo día de su nacimiento fue bautizada. Crece en el seno de una familia cristiana de fe profunda, trabajo y compromiso. Su padre Claude Poussepin y su madre Julienne Fourrier eran propietarios de la fábrica de medias de seda, trabajo con el cual ganaban su sustento. De pequeña Marie Poussepin acompañaba a su madre a los servicios de caridad que había en la parroquia y allí bebió el espíritu de caridad que fue el motor de su vida.