Colombia, 19/08/2020, texto: Adrián Ricardo Cabrera, vídeo: Samuel Cabrera Cruz.- Marie Poussepin supo escuchar la voz de Dios abandonándose del todo a Él. Hablar sobre Marie Poussepin es sumergirse en la riqueza de su carisma, un carisma que se ha revitalizado y ha permanecido vigente en la historia, la historia del pueblo de Dios. Del carisma de Marie Poussepin han bebido muchas generaciones, aquellos que han sido los destinatarios de su misión evangelizadora: los enfermos, los niños y niñas, los pobres, los débiles; aquellos que tal vez están desesperanzados porque no esperan nada de la sociedad ni de la vida, pero si desean conocer los ministerios de Jesucristo; y su carisma siempre vivo está allí, anunciando el Reino a través de la caridad.
Su proyecto, novedoso en su tiempo, pero sustentado en la Fe y en el amor de aquel que todo lo puede, pudo realizarse no sin antes vencer las dificultades con la audacia y decisión de esta valiente mujer. Fue así como conformó una comunidad de mujeres, que optaron con generosidad y entrega a vivir en él y por el servicio de la caridad; llevando a cabo la misión a través de la acción apostólica permanente; en una comunidad amparada y guiada por nuestra santísima Madre, María.
Su obra de caridad ha hecho historia en el mundo y en la Iglesia, los frutos son innumerables sobre todo porque se ha edificado y humanizado el Ser de los destinatarios de la misión, cumpliéndose así su postulado: “tened una gran preocupación de edificar igualmente el alma de unos y otros, por vuestras palabras y vuestros ejemplos”.
Verdaderamente la obra de esta piadosa y caritativa mujer ha trascendido fronteras, es por este motivo que la Iglesia hace ya más de 25 años a través del Papa Juan Pablo II, supo reconocer a esta valerosa mujer, concediéndole la gracia de ser llamada Bienaventurada, Bienaventurada Marie Poussepin Apóstol Social de la Caridad; si ella, una mujer de provincia, sencilla, tierna, audaz, pero sobre todo una mujer privilegiada por saberse amada por Dios y amar al prójimo y en especial a los niños y niñas. Al reflexionar sobre su vida y obra nos da la oportunidad de ratificar que verdaderamente ella a ejemplo de Maria, supo escuchar la voz de Dios abandonándose del todo en Él.