Chile, 18/08/2020.- Desde Chile nos llegan dos testimonios de amor al carisma de Marie Poussepin.
"CÓMO PAGARE AL SEÑOR TODO EL BIEN QUE ME HA HECHO"
Putaendo (Chile), María Cristina Contreras Muñoz, Laica Misionera Presentación.- Soy María Cristina Contreras, quisiera compartir con ustedes mi experiencia de vida espiritual y del encuentro con Marie Poussepin en mi vida. Desde pequeña mis padres me pusieron a estudiar en las religiosas Mercedarias donde recibí formación académica y religiosa, me llevaron a descubrir a un DIOS AMOR. El tiempo fue transcurriendo, en el año 1995 me fui a Santiago a la capital a estudiar Pedagogía en Religión, a través del estudio de la PALABRA se fue suscitando en mí el deseo de dar a conocer a Jesús a otras personas; hacerles ver su presencia en la vida de ellos, que puedan experimentar su amor en cada acontecimiento que van viviendo.
De unos compañeros de estudios de la carrera, recibí la invitación de ir a misiones a la Isla grande de Chiloé (al sur de Chile), me puse feliz, pues era el camino para llevar a Jesús a los demás, sin duda Dios tiene sus planes para cada uno y fue allí que descubrí que quería ser Misionera, fue una linda experiencia con las personas del lugar, me daba cuenta la sed que tenían de acercarse a Jesús y que le dieran a conocer su Palabra. Así que desde ese día comencé mi CAMINO MISIONERO TOMADA DE LA MANO DE JESÚS Y EL JAMÁS ME HA SOLTADO.
En el año 2000 ya recibida de mi carrera, Dios me da el regalo de trabajar en Santiago en una escuela ubicada en la Pincoya, un barrio marginal de la capital, allí fui descubriendo la pasión por quienes nada tienen y me entregué con alma, vida y corazón como dice la canción y con todas mis fuerzas, a compartir con niños y niñas en riesgo social, faltos de cariño, de protección, abusados/as, con padres en la cárcel por el tráfico de drogas, con madres criando y educando solas a sus hijos, otras mujeres maltratadas por sus esposos…con toda esta realidad me dije “Este será mi campo misionero”, fueron cinco años, de un hermosa experiencia pastoral-educativa que marco fuertemente mi vida, allí hice clases, preparare a niños y apoderados a los sacramentos de Bautismo, Eucaristía y Confirmación, fue una experiencia magnifica donde entregué amor y recibí mucho amor sobre todo el cuidado de ellos para conmigo, de saber cómo vivir allí junto a ellos, esta era la forma de agradecer que tenían, marcaron mi vida porque este lugar fue para mi Tierra Sagrada.
Las circunstancias laborales hicieron que volviera a mi ciudad natal a trabajar donde había estudiado. Pasado el tiempo, vuelvo a encontrarme con una amiga de muchos años, que había ingresado a la Congregación de las hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación, fue ella quien me invitó a participar de la Comunidad Misionera Presentación, es así como ingrese el año 2017 a la Comunidad Misionera de la Comuna de Putaendo, me recibieron con alegría y entusiasmo, me hicieron sentir en familia, lo que me llamó profundamente la atención, me compartieron la vida de la comunidad a Marie Poussepin y Domingo de Guzmán quienes fueron ganando mi corazón.
A través de la formación mensual que tenemos como comunidad, fui descubriendo a una gran mujer Marie Poussepin, mujer que fue cautivando mi vida y mi corazón, sus frases como: “Conservar la presencia de Dios en todas tus acciones” me lleva a gustar más de las cosas espirituales y saber que mi fortaleza está en Él, su Amor concreto al prójimo me lleva a donarme mucho más con cada persona que me encuentro en mi camino, su vida de oración me enseña el camino para dirigirme a Dios, el sentido de familia que hacía experimentar a cada persona que visitaba me hace ser más acogedora, su Amor por la Eucaristía donde descubría un Dios lleno de misericordia que se hace unos con nosotros, me lleva a donarme y practicar la misericordia con los más desfavorecidos que son los predilectos del Señor.
A través de esta experiencia misionera, voy descubriendo la riqueza del Carisma de la Congregación el legado de Marie Poussepin la Caridad, la dimensión fraterna, espiritual, mujer contemplativa de la realidad la siento muy actual, una de las cosas que he me ha llamado la atención y que la siento una riqueza es la experiencia de ver las hermanas y los laicos juntos, trabajando, estudiando y planificando el trabajo pastoral, incluso estudiando la Palabra para ver como poderla entregar.
Con toda esta riqueza que voy experimentado de ella voy sintiendo que Dios me pide pertenecer a esta hermosa familia de la Presentación, junto a un grupo de laicas misioneras que ya venían iniciado un proceso en la comunidad misionera, pensando en la inquietud de tener un compromiso más radical con la congregación surge la inquietud de comprometernos más, de ir respondiendo al llamado que Dios que nos va haciendo en esta Congregación, le expusimos a Hermana Nilda Leticia Miranda Romero Superiora Viceprovincial, que deseábamos profundizar aún más en el carisma legado por Marie Poussepin, caminar junto a las hermanas y acompañarlas en la misión de anunciar el Evangelio, fue así como comenzamos nuestra formación espiritual dada por las hermana Nilda Miranda y hermana Carmen Rosa Murcia, después de un discernimiento acompañado de mucha oración, y de nuestras hermanas, pedimos hacer nuestras Promesas que nos hace portadoras del legado de Marie Poussepin en los distintos lugares que nos encontramos, fue un día de fiesta, de dar gracias a Dios junto a nuestras hermanas por pertenecer a esta gran familia de Marie Poussepin.
Mi vida ya se ha ido impregnado de este bello Carisma, hoy me encuentro trabajando en el Colegio Marie Poussepin de Putaendo dando clases y formando a niños y jóvenes en los sacramentos, me siento feliz porque sé que el Señor me quiere en este lugar, motivada por esta gran mujer que fue transformando su vida en manos del Alfarero y que hoy siento que yo también estoy haciendo este proceso en las manos del alfarero donde cada día va puliendo esta obra que quiere entregarse y dar lo mejor que el Señor me ha entregado.
EN ESTE AÑO DE GRACIA HACEMOS MEMORIA DE NUESTRA HISTORIA…
Vallenar (Chile), Julia Maybé Olivares Barraza, Medicina Complementaria Integral “Marie Poussepin”.- El año 2002 llega a la población Rafael Torreblanca de Vallenar, una religiosa perteneciente a la congregación de las Hermanas Dominicas de la Presentación, de nombre Esther Valencia Cárdenas, en una de sus primeras presentaciones oficiales en misa, recuerdo que ella invita a la comunidad a participar de un curso de Medicina Complementaria, fuimos muchas las interesadas, pero pocas las que llegamos al final del curso, en realidad solo cuatro.
En cada uno de los encuentros la hermana Esther comenzó a contarnos de su fundadora, su vida, su carisma, el servicio a los enfermos y sobre todo el amor a Jesús, “Marie Poussepin” quedó grabada en nuestros corazones, ocho años duró el curso, hasta que nos certificamos, pero no queríamos que todo quedara ahí, queríamos continuar con el legado, decidimos formalizarnos a través de una personalidad jurídica, nuestra misión entregar día a día nuestro apoyo a las personas más necesitadas, ayudarlas a aliviar sus dolores físicos, también aliviar sus enfermedades psicológicas a través de masajes y terapias, a través de jarabes, pomadas pero sobre todo entregando cariño, dedicación, palabras de esperanza a través del mensaje de Jesús.
Actualmente tenemos un proyecto de medicina complementaria con varios de los Cesfam (Centros de Salud Familiar), de nuestra Ciudad y Provincia del Huasco, lo que nos llena de orgullo es que somos conocidas como “El grupo de Medicina Complementaria Marie Poussepin”, todas nuestras presentaciones comienzan contando el origen de nuestro nombre, hacemos que la vida e historia de nuestra mentora sea conocida y agradecemos infinitamente la presencia de todas las hermanas Dominicas que estuvieron en nuestra población y comunidad.
Llevamos 18 años divulgando el legado, la huella y el amor especial que Marie Poussepin, dedicó a los enfermos, primero de su propia familia y luego a los de su entorno, su labor durante toda su vida estuvo al servicio de los demás, sentimos firmemente que ella acompaña y bendice nuestra labor, nos muestra el camino para seguir haciendo visible el rostro de nuestro buen amado Jesucristo en cada hermano que sufre y que necesita de nuestra labor y amor.